Reconociendo rápidamente los síntomas de virus respiratorios, puede optarse a un tratamiento oportuno para el paciente.

Actualmente preocupan los contagios tanto de influenza como de COVID19. Es tal preocupación por estos contagios, que se está enfrentando una “twindemia” debido a que ambos virus han continuado mutando.
En el caso de la influenza, su aparición es gradual. Sus síntomas pueden ser similares a los del COVID-19, y puede ser imposible notar la diferencia sin realizar una prueba.
Estos pueden variar un poco dependiendo de la edad de la persona, pero entre los síntomas más destacados están: fiebre que dura 3-4 días, escalofríos, dolor de cuerpo, tos, dolor de cabeza, dolor de garganta, fatiga y nariz congestionada.
Con respecto al SARS-CoV-2, los síntomas pueden aparecer entre 2 y 14 días después que la persona se vio expuesta al virus. Entre los síntomas que son más específicos para el COVID-19 destacan: dolor muscular, dolores o molestias corporales; dificultad para respirar, pérdida del gusto u olfato, náuseas o vómitos y diarrea.
¿Qué hacer si presenta uno de estos síntomas?
Dado que la influenza, el COVID-19, y otras enfermedades respiratorias pueden presentar síntomas similares, es importante realizar pruebas diagnósticas para determinar el agente causante. Incluso las personas podrían estar infectadas con la influenza y el virus que causa el COVID-19 al mismo tiempo, por eso son importantes las pruebas de diagnóstico diferencial respiratorio para identificar rápidamente el virus y recibir el tratamiento correcto.
Si una persona sospecha que tiene influenza o COVID-19 es importante que se quede en casa y agende una cita con un profesional de la salud para realizarse un diagnóstico a través de una prueba rápida.