El astrónomo César Fuentes, del CATA y la Universidad de Chile, detalla cómo se generan las tormentas solares y su impacto en la tecnología y comunicaciones.
El Sol atraviesa el punto más activo de su ciclo de 11 años, periodo que se caracteriza por una alta frecuencia de tormentas solares. Estas se generan por intensas erupciones en su superficie y podrían provocar fallas en satélites, redes eléctricas, sistemas GPS y otros dispositivos de comunicación.
Una de las más recientes, registrada el 14 de mayo por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, fue una llamarada de clase X2.7. Era la más poderosa del año. El fenómeno originó una eyección de masa coronal (CME) de más de 967.000 kilómetros. Esto es equivalente a 75 veces el diámetro de la Tierra.
César Fuentes, astrónomo y académico de la Universidad de Chile, explicó cómo se desarrollan estos eventos solares. “Cuando hay actividad en la corona solar, pueden generarse eyecciones de partículas cargadas. Estos afectan tanto la salud de astronautas como la estabilidad de las comunicaciones”, señaló.
Estas eyecciones, que se propagan a través del espacio, tardan entre uno y dos días en llegar a la Tierra. Aunque la detección inicial puede ocurrir solo ocho minutos después del estallido solar. “Si el flujo va en dirección a nuestro planeta, puede interactuar con el campo magnético terrestre y causar una tormenta solar”, añadió el experto.

¿Puede afectar a Chile?
Entre los sistemas más vulnerables están los satélites fuera de la magnetósfera, que podrían sufrir desconexiones momentáneas. También se registran errores en sistemas de posicionamiento GPS debido a la perturbación de la ionósfera, generando desviaciones de hasta decenas de metros.
Incluso los vuelos comerciales pueden verse afectados. “Si se esperan interferencias, algunas rutas deben ajustarse para evitar problemas en las comunicaciones”, precisó Fuentes. Sin embargo, enfatizó que en la mayoría de los casos el impacto es limitado. No representa un peligro directo para la vida humana ni el clima.
En cuanto al efecto en Chile, el especialista fue categórico: “No debería haber ningún impacto en el clima ni en servicios esenciales. El riesgo en nuestra región es muy bajo”.
Finalmente, el astrónomo invita a ver estos fenómenos como una oportunidad de aprendizaje. “Informarse es la mejor medida. Son ocasiones valiosas para entender mejor el universo y cómo la física gobierna los procesos naturales”, concluyó.