Prof. Ingrid Pino Monsalve. Escuela de Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud, Centro de Longevidad VITALIS, Universidad de Talca.
Actualmente, en Chile y el mundo existe un creciente envejecimiento de la población. Este fenómeno adquiere especial relevancia si consideramos que en Chile la proporción de personas mayores que viven en hogares unipersonales va en aumento. De acuerdo al artículo publicado por el Observatorio de la PUC (2023) sobre los vínculos sociales de las personas mayores en Chile, señala que un 14,6% de la población mayor de 60 años vive sola, según datos obtenidos de la encuesta CASEN 2022, lo que equivale a más de 530 mil personas en esta situación.
La soledad en la vejez suele expresarse a través del aislamiento social, entendido como la ausencia o debilidad de redes de apoyo. Esta condición puede tener importantes repercusiones en la salud integral de las personas mayores, manifestándose en cuadros depresivos, así como en un progresivo deterioro físico y cognitivo
Frente a este contexto, diversas experiencias destacan el impacto positivo que puede tener la tenencia de mascotas en la calidad de vida de los adultos mayores. La interrelación que se establece entre la persona mayor y su mascota genera un vínculo afectivo que contribuye significativamente al bienestar emocional y físico de la persona mayor.
Entre los beneficios más relevantes, se destacan los siguientes:
- Mejoramiento del estado de ánimo:
Convivir e interactuar con una mascota ayuda a mitigar sentimientos de soledad y tristeza, además de reducir el estrés. Esta relación promueve la liberación de hormonas asociadas al bienestar, como la serotonina y la oxitocina, lo que mejora el estado anímico. - Fomento de redes sociales:
Tener una mascota implica responsabilidades, como salir a pasear. Esta actividad permite a las personas mayores interactuar con otras personas en su comunidad, promoviendo así nuevas relaciones sociales y disminuyendo el aislamiento. - Incentivo a la actividad física:
Las mascotas, especialmente los perros, requieren ejercicio regular. Al sacarlos a pasear, la persona mayor realiza actividad física moderada, lo que mejora su salud cardiovascular, fortalece músculos y articulaciones, y contribuye a una mejor calidad de vida. - Estimulación cognitiva y de la memoria:
El cuidado de una mascota implica establecer rutinas diarias relacionadas con su alimentación, higiene, medicación y ejercicio. Estas simples tareas mantienen activa la memoria y fomentan una estructura diaria que motiva al adulto mayor a mantenerse activo.
En conclusión, la compañía de una mascota no solo brinda afecto y compañía, sino que también promueve beneficios psicológicos, físicos, sociales además de prevenir la dependencia funcional en las personas mayores. Por ello, se convierte en una alternativa valiosa para mejorar su bienestar integral y enfrentar los desafíos del envejecimiento con mayor calidad de vida.
El amor de una mascota es incondicional.