Luis Jarpa Ramírez, el hombre de 22 años que estaba siendo investigado por la muerte de su hijastro, fue encontrado muerto en el penal Biobío.
El hallazgo se produjo durante la mañana de este domingo, en el baño del módulo 89 del recinto penitenciario, donde permanecía en prisión preventiva desde ayer. Gendarmería informó que otro recluso dio aviso al personal y que, de forma inicial, no se habrían encontrado signos de participación de terceros.
Los antecedentes fueron derivados al Ministerio Público para continuar con las diligencias correspondientes.
Como indió el medio Radio ADN, Jarpa había sido formalizado por homicidio calificado tras confesar el asesinato del menor, el 17 de junio. El niño de 10 años, diagnosticado con Trastorno del Espectro Autista, fue encontrado sin vida en su hogar. Las pericias policiales revelaron lesiones atribuibles a una agresión intencional.

“Gracias a toda esta diligencia que estábamos desarrollando, terminó finalmente por confesarlo”, indicó en su momento el subprefecto Enrique Guzmán, jefe de la Brigada de Homicidios de Concepción.
Desde el entorno cercano del niño ya se habían levantado alertas. La escuela donde estudiaba denunció posibles episodios de maltrato meses antes. Su abuela, visiblemente afectada, dijo recientemente: “Yo presentía que ese animal lo golpeaba… es un desalmado”.