Iván Palomo G., director del Centro de Longevidad VITALIS, Universidad de Talca y del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES-CUECH); Coordinador de la Red Interuniversitaria de Envejecimiento Saludable de Latinoamérica y Caribe (RIES-LAC / COMLAT-IAGG) e integrante de la directiva de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile (SGGCH).
Envejecimiento Poblacional
Debido a la baja natalidad y al aumento de la esperanza de vida, la población mundial está envejeciendo rápidamente. Actualmente, y considerando las variaciones entre regiones, cerca de 1.200 millones de personas en el mundo tienen 60 años o más, lo que representa aproximadamente el 15% de la población global. En Chile, esa cifra se aproxima a los cuatro millones de personas, es decir, alrededor del 18% de la población nacional. A nivel nacional, el Índice de Envejecimiento (que relaciona a las personas mayores de 65 años con aquellas menores de 15 años) alcanzó un valor de 79 según el Censo 2024, y en la Región del Maule esta cifra fue aún mayor: 83,9. Estos datos evidencian que debemos prepararnos para convivir en una sociedad cada vez más longeva.
Década del Envejecimiento Saludable (DES)
En respuesta a esta transición demográfica, en mayo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó la propuesta de instaurar la Década del Envejecimiento Saludable 2021–2030. En diciembre del mismo año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la declaró oficialmente.
La DES busca coordinar acciones en múltiples áreas —salud, vivienda, transporte, justicia, educación, tecnología, entre otras— para garantizar que todas las personas mayores puedan vivir con dignidad, salud, autonomía e inclusión.
Considero que todos, no solo las personas mayores, debemos conocer los fundamentos de esta iniciativa. Por ello, escribiré una serie de seis columnas de opinión: esta primera sobre aspectos generales, las siguientes dedicadas a cada una de las cuatro áreas estratégicas de acción y la última sobre las responsabilidades que tienen diferentes actores.
Envejecimiento saludable. La OMS define el envejecimiento saludable como: “El proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez.”
Esto implica vivir más años con buena salud, autonomía y calidad de vida, siendo capaces de seguir haciendo lo que valoramos, incluso en presencia de enfermedades o limitaciones. Algunos conceptos clave que lo explican:
– Capacidad funcional: combinación de capacidades físicas, mentales, emocionales y sociales, junto con los entornos que permiten o limitan el bienestar.
– Capacidades intrínsecas: características biológicas y psicológicas del individuo (fuerza, memoria, estado emocional, etc.).
– Entornos facilitadores: factores externos que promueven o restringen el envejecimiento saludable, como la accesibilidad, el transporte, la vivienda, las redes sociales o los sistemas de salud.
El envejecimiento saludable no solo beneficia a las personas mayores, sino a toda la sociedad: reduce desigualdades, promueve inclusión y permite un mejor uso del capital humano y social acumulado.
Además, la DES incorpora elementos transversales fundamentales: (i) Derechos humanos de las personas mayores, (ii) Equidad y género, (iii) Participación de las personas mayores en políticas y decisiones, y (iv) Promoción de la investigación asociada al envejecimiento.
Acciones de la DES. Las cuatro acciones, en áreas estratégicas, son las siguientes: (i) Cambiar la forma de pensar, sentir y actuar respecto a la edad y el envejecimiento, (ii) Fomentar comunidades que apoyen las capacidades de las personas mayores, (iii) Brindar atención de salud integrada, centrada en la persona y adaptada al envejecimiento, y (iv) Proporcionar acceso a atención a largo plazo para quienes la necesiten. En las próximas columnas me referiré a cada una de ellas.