Domingo, Julio 6, 2025
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Década del Envejecimiento Saludable Parte III: Comunidades que potencien las capacidades de las personas mayores

Iván Palomo G., director del Centro de Longevidad VITALIS, Universidad de Talca y del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES-CUECH); Coordinador de la Red Interuniversitaria de Envejecimiento Saludable de Latinoamérica y Caribe (RIES-LAC / COMLAT-IAGG) e integrante de la directiva de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile (SGGCH).

Seguramente, la mayoría sabe que la población del mundo, de Chile y de la Región del Maule está envejeciendo. Algunos y algunas también sabrán que la OMS y la ONU declararon el período 2021–2030 como la Década del Envejecimiento Saludable (DES). En esta serie de columnas de opinión, estoy abordando las cuatro acciones estratégicas de la DES: (i) Cambiar la forma de pensar, sentir y actuar respecto a la edad y el envejecimiento,  (ii)Fomentar comunidades que apoyen las capacidades de las personas mayores, (iii) Brindar atención de salud integrada, centrada en la persona y adaptada al envejecimiento, y (iv) Proporcionar acceso a atención a largo plazo para quienes la necesiten. En esta columna me referiré a la segunda acción: Fomentar comunidades que apoyen las capacidades de las personas mayores.

Durante siglos, nuestras sociedades estuvieron acostumbradas a que solo una minoría de la población superara los 60 años. No estaban preparadas para el acelerado cambio demográfico que hoy enfrentamos. Por eso, aún persisten importantes desafíos para adecuar nuestras comunidades al envejecimiento poblacional. Avanzar en este ámbito no solo es necesario: representa una gran oportunidad para construir entornos más inclusivos.

Partiendo de la premisa de que la mayoría de las personas mayores pueden seguir aportando activamente, es fundamental fomentar comunidades que apoyen sus capacidades. Esto implica desarrollar entornos físicos, sociales y culturales que reconozcan, valoren y potencien sus contribuciones, su autonomía y su participación.

En este contexto, la OMS ha promovido el modelo de “Ciudades y comunidades amigables con las personas mayores”, que identifica ocho áreas clave para fomentar entornos inclusivos y propicios para un envejecimiento saludable: (i) Espacios al aire libre y edificios, (ii) Transporte, (iii) Vivienda, (iv) Participación social, (v) Respeto e inclusión social, (vi) Participación cívica y empleo, (vii) Comunicación e información, y (viii) Apoyo comunitario y servicios de salud.

Generar comunidades que apoyen las capacidades de las personas mayores es una necesidad urgente. En Chile, y especialmente en la Región del Maule, el número de personas mayores seguirá aumentando. Se proyecta que en 2050 este grupo representará cerca del 30% de la población. Por ello, crear entornos que prolonguen su autonomía y fortalezcan su inclusión es fundamental: mejorará la calidad de vida de un tercio de la población y reducirá considerablemente los costos sociales y sanitarios.

La mayoría de las personas mayores pasa buena parte del tiempo en su comunidad, estén sanas o enfrentando enfermedades. Por eso, el rol de las municipalidades y organizaciones sociales es clave: deben promover un envejecimiento activo, digno y saludable a nivel local.

En la Región del Maule, algunas comunas han comenzado a transitar este camino, pero aún falta voluntad política, financiamiento y planificación territorial con enfoque gerontológico. Para lograr comunidades verdaderamente amigables con las personas mayores, se requiere compromiso institucional sostenido.

Fomentar comunidades que apoyen las capacidades de las personas mayores es una expresión concreta de que queremos construir un país que valora a todos sus habitantes, sin importar la edad. Es entender que la vejez no es una etapa de retiro, sino una etapa de derechos, vínculos, contribuciones y proyectos.

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