Jueves, Julio 17, 2025
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Podemos envejecer mejor

Kinesióloga Carmen Gloria Zambrano Bravo, Departamento de Ciencias del Movimiento Humano y Escuela de kinesiología. Facultad de Ciencias de la Salud. Miembro de centro de Longevidad VITALIS, Universidad de Talca.

Envejecer es parte natural de la vida. Pero lo que muchos no saben es que no todas las formas de envejecer son iguales. Hoy la ciencia nos habla de un fenómeno silencioso que afecta a muchas personas mayores y que influye directamente en su calidad de vida: la inflamación sistémica de bajo grado.

Este concepto suena complejo, pero lo explico de una forma muy simple: es como tener una pequeña “fogata” encendida todo el tiempo dentro del cuerpo. No genera fiebre, ni dolor inmediato, pero con los años esa “fogata” constante va dañando nuestros tejidos, acelerando el envejecimiento y aumentando el riesgo de enfermedades como diabetes, hipertensión, deterioro cognitivo e incluso algunos tipos de cáncer.

Dicha inflamación, en parte se explica por el envejecimiento natural, pero también se ve influenciada por el estilo de vida: el sedentarismo, una mala alimentación, el estrés crónico y la falta de sueño, entre otros.

Existen formas de apagar esa “fogata”. Una de las acciones más efectivas y al alcance de todos es el ejercicio físico regular. Mover nuestro cuerpo no solo fortalece los músculos y mejora la capacidad cardiovascular. También actúa como un potente antiinflamatorio natural. Cuando una persona mayor comienza a caminar, bailar, andar en bicicleta o hacer ejercicios de fuerza adecuados a su capacidad, su cuerpo responde: baja la inflamación, mejora el ánimo, el sueño, el apetito, y hasta se reduce el riesgo de caídas y hospitalizaciones.

Desde la Universidad de Talca, llevamos años trabajando con personas mayores en programas de rehabilitación cardiorrespiratoria, y vemos día a día estos cambios. Personas que llegaron con fatiga, dolores y miedo a moverse, recuperan la confianza, la energía y sobre todo, las ganas de vivir mejor.

Envejecer no tiene por qué ser sinónimo de enfermedad o dependencia. Con apoyo, conocimiento y decisiones cotidianas como mantenerse activo, podemos envejecer con dignidad, autonomía y alegría. Así que si usted tiene más de 60 años —o cuida a alguien que los tenga—, recuerde esto: no hay edad para empezar. Moverse es medicina. Y el mejor momento para comenzar es hoy.

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