Viernes, Julio 18, 2025
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Reducir el tiempo sentado: una inversión en vida de las personas mayores

Kinesióloga Sandra Becerra Muñoz. Unidad Académica: Departamento de Ciencias del Movimiento Humano y Escuela de kinesiología. Facultad de Ciencias de la Salud. Miembro del Centro de Longevidad VITALIS, Universidad de Talca.

Cuando pensamos en envejecer bien, solemos imaginar a alguien que aún camina, que conversa con energía, que mantiene su independencia. Pero poco hablamos de uno de los mayores enemigos silenciosos del bienestar en la tercera edad: el sedentarismo. Y no me refiero solo a la falta de ejercicio, sino al exceso de tiempo sentado.

Sentarse muchas horas seguidas, ya sea viendo televisión, frente al computador o simplemente “descansando”, no es un gesto inocente. Diversos estudios muestran que estar sentado por largos periodos se asocia con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, pérdida de masa muscular, deterioro cognitivo y hasta mayor mortalidad. Y en las personas mayores, estos efectos se intensifican.

En Chile, más del 85% de las personas mayores no realiza suficiente actividad física según la Encuesta Nacional de Salud. Pero el dato que suele pasar desapercibido es que incluso quienes caminan un poco o hacen algo de ejercicio pueden estar demasiado tiempo sentados. Porque moverse una hora al día no compensa estar el resto del día sentados. Se debe hacer un cambio; no se trata solo de “hacer ejercicio” como si fuera una tarea más, sino de reducir los momentos sedentarios. Pequeños cambios hacen una gran diferencia: pararse cada 30 minutos a caminar por la casa, regar las plantas, hacer las tareas del hogar, ponerse de pie al hablar por teléfono. Incluso actividades tan simples como levantarse a servir un vaso de agua o caminar por el pasillo ya activan el cuerpo y la mente. Esto no solo mejora la circulación y la fuerza muscular, sino también el estado de ánimo y la autoestima. Las personas mayores que se mueven más, aunque sea en pequeñas dosis, reportan sentirse más vitales, más independientes y conectadas con su entorno.
No es necesario partir en un gimnasio o con ropa deportiva. El movimiento puede y debe integrarse en la vida cotidiana. Si como comunidad, familia y profesionales comenzamos a valorar y promover esto, estaremos ayudando a las personas mayores a vivir más y mejor.  En Talca y en toda la Región del Maule, tenemos el deber de generar espacios, programas y entornos que inviten al movimiento diario. Pero también tenemos la responsabilidad, como individuos, de acompañar, motivar y cuidar a quienes nos abrieron camino. Reducir el tiempo sentado no es solo una recomendación médica: es un acto de amor.

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