Viernes, Agosto 1, 2025
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Bosques nativos en alerta por sequía y altas temperaturas en el centro de Chile

La prolongada megasequía y el aumento de temperaturas han provocado la pérdida masiva de follaje en árboles nativos. El fenómeno afecta a especies clave como el quillay, peumo y litre.

La zona central de Chile enfrenta una transformación ecológica sin precedentes. La megasequía iniciada en 2010 y agravada en los últimos años ha deteriorado gravemente la salud de los bosques nativos. El fenómeno conocido como pardeamiento o “browning” se ha convertido en una señal de alerta: miles de árboles están perdiendo follaje, vigor e incluso muriendo.

“El cambio climático ha disminuido las lluvias invernales hasta en un 70% en algunas zonas y ha elevado las temperaturas por sobre los rangos normales”, advierte Marcelo Miranda, académico de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales de la UC.

Este deterioro masivo afecta especialmente a especies típicas del bosque esclerófilo. “Las más dañadas han sido quillay, con alta mortalidad de adultos; peumo y litre, con fuerte pérdida de hojas; además de especies de alta humedad como patagua y lingue, que también muestran elevada mortalidad”, señala Miranda.

El impacto del cambio climático no se limita a lo ecológico. También amenaza funciones clave que los bosques cumplen para las personas. “Estos ecosistemas proveen agua dulce, regulan la temperatura urbana, capturan carbono, aportan frutos medicinales y facilitan la polinización agrícola”, recuerda el investigador. La alteración de estos servicios afecta directamente la calidad de vida de millones de personas en Chile central.

Las causas del fenómeno son globales y se relacionan con la actividad humana. “Desde el siglo XVIII, la industrialización y la deforestación agrícola han acelerado este proceso”, explica Miranda. Esta acumulación de energía en la atmósfera ha intensificado fenómenos locales como olas de calor e incendios forestales.

Frente a este panorama, se requieren acciones urgentes. El académico propone reducir las condiciones que propician incendios, aplicar prácticas de restauración ecológica con especies resistentes y asegurar una extracción sostenible de recursos forestales. “Podemos ayudar a los bosques a adaptarse si intervenimos de forma oportuna”, subraya.

Estas conclusiones forman parte de una investigación que evalúa el impacto de la megasequía en los bosques nativos entre Coquimbo y Los Lagos, desarrollada por Miranda en conjunto con el Departamento de Cambio Climático y Servicios Ecosistémicos de CONAF. El informe final estará disponible en agosto.

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