Jorge Navarrete Bustamante. Doctor en Procesos sociales y políticos. Magister en gerencia y Políticas Públicas. Académico de la Universidad de Talca.
Leyendo hace un tiempo a Adela Cortina -alumna de Jürgen Habermas- me pareció cercana su definición de filosofía.
Decía que es un saber audaz, y a la vez modesto.
Y es audaz porque intenta resolver las grandes preguntas que se formula la humanidad: la pregunta por la realidad, la pregunta por la verdad, la pregunta por lo justo, la pregunta por bello. Empero al mismo tiempo es modesta porque: nunca va a poder dar cuentan plenamente de la realidad, lo verdadero, de lo justo, de lo bueno, y de lo bello.
Sin embargo, siempre debemos seguir aspirando a ello.
Agregaba que es un saber necesario para nuestro tiempo, porque precisamente necesitamos como nunca un saber que intente reflexionar, pues nos reclama el computador, nos reclaman las aplicaciones, la vorágine citadina, la cotidianidad…
En fin, la filosofía es necesaria para la reflexión profunda y en serenidad.
Complementa la académica valenciana, que la filosofía es también, un espacio para la crítica, para saber lo que tenemos, lo que deberíamos de tener. Pues, es necesario tener argumentos y decisiones racionales para deliberar, y además para bien hablar en la plaza pública, en nuestras polis.
Y es así de necesario pues,es muy fácil ser conformista, y muy difícil ser disconforme con la realidad que uno tiene; pero claro, para protestar, para indignarse para no estar de acuerdo: hace falta tener criterios para saber qué es lo que queremos proponer.
Elocuentemente, luego ella argumenta quela violencia no resuelve nada. Lo que resuelve las cosas es la argumentación serena. Empero para argumentar hace falta dar argumentos… Pero también hay que estar dispuestos a escuchar los argumentos de los otros… Y que esa es la única forma de acabar con el dogmatismo, con el fanatismo, con el fundamentalismo, con la violencia, con la guerra, con los prejuicios y genocidios imperantes.
Advierte,asimismo, Adela Cortina,que la filosofía existe en muchos ámbitos. Uno de ellos es la filosofía moral donde existen dos conceptos que tiene la misma raíz, aun cuando hay gentes que cree que son radicalmente distintas: moral y ética.
Moral viene del latin moralis, y ésta de mor moris; y la palabra ética viene del griego (efhos); ambas significan carácter y costumbres. Y ambas, nos las vamos forjando a lo largo de nuestras vidas por repetición un carácter; y tenemos que hacerlo todos necesariamente: y esta es la asignatura más importante que tenemos nosotros los seres humanos. Y como tenemos todos que hacerlo necesariamente debemos esmerarnos por tener el mejor de los caracteres… Lo griegos decían -con un muy buen acuerdo- que es de estúpidos generarse un mal carácter.
Por eso, la gran asignatura de la ética, y las más importante que tenemos como ser humano, es: como nos forjamos un buen carácter.
A la gente le gusta hablar de los otros que es moral o inmoral… Ortega y Gasset decía, que es mejor afirmar de algunas personas e instituciones que están altos de moral (y de otros que están faltos de moral o desmoralizados, mas no decir inmorales), y que estén con ganas de abordar altos desafíos, y los retos de la vida cotidiana.
Ello sobre todo en referencia -dice cortina- con dos polos fundamentales en mi juicio que son: el de la Justicia y el de Felicidad.
Ambas son esenciales para organizarse, pues una buena persona, una institución o el Estado que esta alta de moral, es que está intentando ser Justa o Justo, y además tiene ciertas nociones de cómo se puede alcanzar la Felicidad.
Ergo, siempre las sociedades son morales -de un tipo o de otra- y priorizan unos valores axiológicos u otros. Empero, lo importantes es que luego no haya una brecha o desfase entre los valores priorizados, y los hechos que implementamos, o realizaciones que hemos llevado a efecto.
He aquí uno de nuestros “talones de Aquiles” o déficit como personas, sociedad o Estados en el mundo actual, en que el deseo o preferencia “que me conviene o gusta”, es la medida del valor; y no el valor la medida del deseo. Esta brecha genera las peores circunstancias, sea en la micro individualidad, meso institucionalidad, o en la macro sociedad.
En esta situación, debemos reflexionar en serenidad, porque hay algo que no funciona.
Y en ello el valor axiológico de la Justicia, que tiene una connotación universal, pues la aspiramos para toda la humanidad, debemos ser coherentes con ello; y si no es así, nos indica que DEBEMOS enmendar una injusticia, pues es un DEBER MORAL.
Por eso, la Justicia es exigente. Es algo que no permite “componendas”. Y por eso es a mi juicio la virtud suprema. Es la gran virtud del ciudadano.
En suma, podremos discernir, a la luz de la filosofía, los inmensos retos que tenemos hoy ante los que pretender fulminar nuestra Humanidad.