Vecinos y organizaciones de Chanco protagonizaron una marcha ciudadana para exigir acciones concretas en defensa de los animales y mayor fiscalización municipal.
Chanco vivió una jornada marcada por la conciencia ciudadana y el activismo. Esta jornada ocurrió luego de que se realizara una marcha animalista bajo el lema “Por los que no tienen voz”. La marcha convocó a decenas de personas que exigen acciones concretas en favor del bienestar animal.
La movilización tuvo como eje central la demanda de cumplimiento efectivo de la Ordenanza Municipal de Tenencia Responsable. Esta ordenanza está vigente desde 2023 pero ha sido escasamente difundida y fiscalizada por las autoridades locales. En la marcha participaron familias, jóvenes, agrupaciones sociales y vecinos independientes. Todos se reunieron por una causa común: mejorar la protección de los animales en la comuna.
“Los animales no pueden esperar. Mientras la comuna proyecta esfuerzos hacia otras áreas como el turismo, también debe demostrar la voluntad y capacidad técnica para abordar problemáticas como el abandono, el maltrato y la falta de infraestructura para su resguardo”, afirmó una de las voceras del movimiento.

La marcha se desarrolló de forma pacífica, organizada y segura. Contó con la autorización de la Delegación Provincial y el apoyo de Carabineros. Además, el trabajo de los propios voluntarios ayudó a coordinar las medidas preventivas. No se registraron incidentes durante el recorrido. Este se caracterizó por un ambiente de respeto, empatía y compromiso social.
Sin embargo, la ausencia de autoridades municipales y concejales en la actividad generó molestia entre los asistentes. A pesar de la convocatoria pública y la amplia difusión del evento, ningún representante institucional asistió. Esto fue interpretado como una señal de desinterés frente a una causa legítima y urgente.
Al cierre de la jornada, los organizadores entregaron una carta-manifiesto a la Ilustre Municipalidad de Chanco y al Concejo Municipal. Este documento sintetiza las principales demandas ciudadanas en torno a la protección animal. Además, llama a generar espacios reales de participación, educación comunitaria y fiscalización efectiva.
Este acto, simbólico y a la vez profundamente político, representa la voz de los ciudadanos que marcharon por una comuna más justa. También representa la de aquellos que, como los animales, no pueden hacerlo por sí mismos.

