Jueves, Agosto 7, 2025
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Exdirectora de orfanato en Curicó responde a denuncias por adopciones ilegales durante la dictadura

Luisa Melo, exdirectora del orfanato San Ramón Nonato y exfuncionaria del Vaticano, responde a acusaciones por adopciones ilegales en dictadura.

A pocos metros de la Basílica de San Pedro, en Roma, una mujer chilena de rostro amable y tono reservado accede a hablar. Se trata de Luisa Melo, exfuncionaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz del Vaticano y exmonja conocida como Sor Teresa Melo. Ella dirigió el Asilo de la Infancia San Ramón Nonato, en Curicó, a inicios de los años 80.

Durante la entrevista, Melo rechaza tajantemente las acusaciones que la vinculan con una red de adopciones ilegales de menores chilenos al extranjero. Esta es una investigación que lleva años siendo indagada por la Justicia chilena. “Nunca he ganado nada, muchos de esos niños viven aquí en Italia y lo han tenido todo de la vida”, afirmó a Domani, medio italiano que recogió su testimonio.

El caso salió a la luz pública en 2014 gracias a una investigación del medio Ciper Chile. Esta investigación reveló cómo el orfanato curicano, bajo la dirección de religiosas mercedarias, entregó a decenas de niños en adopciones irregulares. Estas adopciones fueron realizadas, principalmente a familias extranjeras, durante las décadas de 1970 y 1980.

San Ramón Nonato, años 70

Testimonios

Sandra María Ríos, quien vivió en el instituto desde su nacimiento hasta 1987, acusa a Sor Teresa de encubrir abusos físicos y sexuales y de facilitar adopciones forzadas. “Vivimos un infierno con ella. Desde fuera parecía una madre cariñosa, pero dentro de la institución había violencia”, relató.

Su hermano Cristian también sufrió una separación y lo adoptaron en otra ciudad. Hoy busca desesperadamente a Francisco, su hermano desaparecido, quien —según averiguaciones— fue adoptado en Italia bajo el nombre de Francesco Grillo Conti. “Escribí a la policía italiana, a Interpol, y no he conseguido nada”, señala.

Otro testimonio, el de René Mestre, revela cómo una monja del instituto alteró su destino de adopción para entregarlo dentro de Chile. “Solo tenía un día de vida. No podía defenderme”, afirma, culpando directamente al Estado chileno por los vacíos legales que permitieron estas irregularidades.

Según reveló Ciper, Sor Teresa Melo habría contado con la colaboración de un juez de menores de San Fernando. Este juez facilitaba documentos y así agilizaba las adopciones internacionales. Consultada por estos antecedentes, Melo señaló: “Esta historia me persigue desde hace 40 años. Si quieren más información, diríjanse al juzgado de menores de San Fernando”.

A pesar de los testimonios, Melo sostiene su inocencia y niega haber recibido pagos por estas adopciones. La causa por adopciones irregulares en dictadura sigue abierta en Chile, mientras cientos de personas en todo el mundo buscan su origen biológico.

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