En el Mes del Corazón, especialistas de la UTalca recalcan que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en Chile y llaman a reforzar la prevención.
Las enfermedades cardiovasculares concentran el 28% de las muertes en Chile, de acuerdo con cifras recientes. Esto las convierte en la primera causa de mortalidad a nivel nacional. El dato fue puesto en relieve por especialistas de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Talca (UTalca) en el marco del Mes del Corazón. Esta instancia está destinada a promover la prevención.
El académico Diego Arauna, investigador del Centro de Investigación en Trombosis y Envejecimiento Saludable (CITES) y del Centro de Longevidad VITALIS, señaló que “las enfermedades cardiovasculares son un desafío en cuanto a su diagnóstico y prevención, ya que la ausencia de síntomas no significa necesariamente un sistema cardiovascular sano”.
Según Arauna, el envejecimiento acelerado de la población chilena, junto con la alta prevalencia de factores de riesgo, explican el aumento de estas patologías. Además, la aparición de síndromes geriátricos como la fragilidad contribuye a esta situación. Añadió que existen factores modificables que deben ser prioridad en salud pública. Estos incluyen el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la hipertensión arterial, el colesterol alto, la obesidad, la diabetes no controlada, el sedentarismo y el mal manejo del estrés.
La fragilidad es otro factor clave, especialmente en adultos mayores. “Se trata de la pérdida progresiva de capacidades físicas y mentales, lo que aumenta el riesgo de trombosis y empeora el éxito de los tratamientos. La evidencia muestra que el ejercicio físico regular es la mejor herramienta para prevenirla”, puntualizó Arauna.

Especialista entrega recomendaciones
Por su parte, la directora de la Escuela de Enfermería de la UTalca, Claudia Zenteno Cáceres, entregó recomendaciones prácticas para mantener un corazón sano: realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, mantener una alimentación equilibrada con mayor consumo de frutas, verduras y pescados. También se debe reducir la ingesta de sal, azúcar y grasas saturadas.
La académica también advirtió sobre el impacto de la salud mental en el corazón. “El estrés crónico, la ansiedad o la depresión pueden elevar la presión arterial y sobrecargar el corazón. Dormir bien, practicar actividades relajantes y mantener redes de apoyo social ayudan a reducir esos riesgos”, explicó.
Finalmente, los especialistas enfatizaron la importancia de realizar controles médicos preventivos al menos una vez al año. Esto es esencial en personas con antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.