El mundo de la moda está de luto. Giorgio Armani, uno de los diseñadores más influyentes y admirados del último siglo, falleció hoy en su residencia de Milán.
Nacido en Piacenza, Italia, en 1934, Armani construyó un imperio que trascendió la moda para instalarse como sinónimo de elegancia, sobriedad y sofisticación. Fundó su marca en la década de 1970 y, con el tiempo, expandió su visión a través de múltiples líneas como Emporio Armani, Armani/Casa, Armani Beauty, además de hoteles y restaurantes, consolidándose como un referente global del lujo.
Conocido como “Il Signor Armani”, revolucionó la sastrería con diseños desestructurados y atemporales que redefinieron la estética masculina y femenina. Sus creaciones se convirtieron en imprescindibles en alfombras rojas y escenarios internacionales, vistiendo a figuras del cine, la música, el deporte y la política.
Su influencia trascendió el diseño. Empresario visionario, logró que su compañía alcanzara ingresos de miles de millones de euros, manteniendo siempre independencia y control creativo. Incluso en sus últimos años, continuó participando activamente en los proyectos de la firma, reflejando la pasión y disciplina que marcaron toda su vida.
En junio de este año, Armani debió ausentarse por primera vez de un desfile masculino en la Semana de la Moda de Milán debido a problemas de salud, lo que anticipó el delicado estado que finalmente derivó en su deceso.
El próximo fin de semana se instalará una capilla ardiente en Milán para que colegas, amigos, personalidades de la moda y admiradores de todo el mundo puedan despedirlo. Posteriormente, se celebrará un funeral privado.
Con su partida, el mundo pierde a un pionero que cambió para siempre la manera de entender la moda. Su legado permanecerá vivo en cada diseño, en cada pasarela y en cada rincón donde la elegancia sobria lleve su sello.