Jueves, Octubre 16, 2025
Jueves, Octubre 16, 2025
Publicidad desktop

Elección Presidencial desde la teoría de la anomia, y algo más

Dr. Emilio Moyano Díaz. Profesor Titular de Excelencia Universidad de Talca Chile.

En estos últimos cuatro años, los políticos nos han llevado a costosos procesos de cambio constitucional fallidos, y a un sistema de elecciones primarias también caro, que tendrá lugar en un mes, para elegir definitivamente presidente/a en diciembre. El sistema paga generoso monto de dinero por voto, lo que alienta, en un país capitalista y de emprendedores como el nuestro, a hacer de esto una inversión; si se pagara menos por voto tal vez habría menos candidatos, lo cual, además de ahorro para todos, facilitaría la decisión de votar.

Tenemos ocho candidatos/tas presidenciales (¿será parte del ‘legado’?), tres de izquierda, dos de ‘centro’ y tres de derecha, en un eje que va de la extrema izquierda a la extrema derecha, del siguiente modo: E. Artés (PC Chileno Acción Proletaria), J. Jara (PC), Enríquez-Ominami (Ind), H. Mc Nicolls (Ind), F. Parisi (P. de la Gente), E. Mathei (UDI), J. Kaisser (P. Nacional Libertario), J. A. Kast (P. Republicano). Las encuestas global y consistentemente, hasta hoy al menos, muestran que J. Jara pasará a segunda vuelta pero que perderá, ya sea su contendor J.A. Kast, o E. Mathei. En verdad, y no obstante las malas relaciones actuales en el interior de las derechas, éstas tendrían que ser muy desapegadas del poder político de mala calidad como para no sumar sus fuerzas y perder la presidencia.

Por otra parte, hay 5 millones de votantes no proclives a votar, pero que deberán hacerlo. Es muy probable, aunque no una certeza, que más de la mitad de ellos se inclinarán por la derecha en primera y, sobre todo, en segunda vuelta. Pero el dilema es previsible, es el dejá vú Boris-Jadue en primarias ¿y hoy Kast-Jara en la final? Chile es una rareza reafirmada, único país democrático en que existe una candidata presidencial comunista, en un mundo en que solo las dictaduras son comunistas, y la derecha está en alza. Hoy hay 5 países considerados comunistas: Corea del Norte, China, Cuba, Laos y Vietnam. En ellos no existen elecciones libres ni justas, el poder está concentrado, se reprime la disidencia, hay restricción a la libertad de expresión, y se ejerce un control estricto de la sociedad incluyendo la economía, la educación y los medios de comunicación.

La candidata comunista trata de apartarse de aquello, de su socialización primaria, de su identidad básica, de su sistema motivacional, de su sistema de creencias y de sus comportamientos típicos, ya que sabe que debe parecer moderada si quiere ampliar su base de votantes hacia el centro para tener alguna posibilidad de ganar. Pero es muy difícil hacer ‘como si’ e irradiar seguridad y confianza inhibiéndose del propio sistema de creencias,  e intentar comportarse como en realidad no es. Su brazo derecho es también un dirigente comunista desde muy joven, y a quien, como le resultaría muy difícil disfrazar su identidad básica, sabe que es mejor cultivar, por ahora, un bajo perfil. La candidata elude responder ciertas preguntas. La recurrente es aquella de si Cuba es una dictadura, y nunca ha respondido que sí, utiliza eufemismos, o dice que estamos en Chile, y que ella será presidenta de los chilenos, u otras respuestas evasivas, u obviedades no pertinentes, que subestiman la inteligencia del ciudadano común, para quien es obvio que Cuba es una dictadura.

Es probable que para los jóvenes ser comunista no constituya amenaza (es similar a cuando se les muestran videos de Pinochet, les causa risa, lo que para los que vivimos la dictadura resulta muy sorprendente, dado el terror que generaba vivo). Tal vez por la debilidad de la formación educacional e histórica no hayan conocido las nefastas consecuencias de represión, ahogo de las libertades y muerte en las dictaduras como la local, o de los regímenes comunistas en el mundo. Un apretado resumen: en el siglo XX se estima en más de 100 millones de muertos por el comunismo, de los cuales 82 millones en China (el ‘gran salto adelante’ de Mao), 21 en URSS (el ‘gran terror’ de Stalin), 3,8 en Vietnam, 2,4 Camboya (y su genocidio), etcétera.

El partido comunista de Chile fue muy ortodoxamente dependiente -económica y políticamente- de la línea dictada en su hora por su homólogo de la URSS (PCUS) hasta la caída de la URSS. Hoy, reducido a menos del 5% allí, y sin poder alguno, tiene una mínima base principalmente conformada por adultos mayores, que mantienen un sentimiento de nostalgia del pasado por una URSS hoy inexistente. El PC chileno y el cubano se quedaron huérfanos de referentes, ¿devendrán pro PC Chino?. Las declaraciones de algunos los líderes actuales del PC local, como Carmona (su secretario general) o Jadue, no son para nada tranquilizadoras para la candidata, ni para el resto de los ciudadanos, y hay quienes han invocado motivos electorales de la coyuntura para instarles a abstenerse de opinar. Según algunos analistas, el PC previó que su candidata perderá (y, según otros, que el Gobierno también cree lo mismo), y que entonces hay que focalizarse en sus respectivos candidatos al Parlamento, proyectar la oposición, y que cuatro años pasan rápido.

Una lástima que el socialismo democrático haya perdido el liderazgo en Chile, y éste esté hoy en el PC. Se dirá que no es así, que la coalición es más que el PC y eso es cierto, pero no es menos cierto que una cosa es tener comunistas como ministros o subsecretarios en un gobierno, que tener a un(a) comunista en la presidencia del país. Especialmente cuando se tiene un sistema político presidencialista. Como dijo Tohá, el comunismo ha traído históricamente pobreza a los países donde ha gobernado, pero, agreguemos y no lo olvidemos, también represión y muerte.  Y, como hablamos de extremos, por cierto, por el otro polo,  el fascismo también. Hitler causó 11 millones de muertos, la Italia fascista decenas de miles, y la España franquista entre 100 y 400 mil.  Aunque historiadores y expertos aun debaten cifras, no es este nuestro foco aquí, y sólo digamos que ambos sistemas tienen un pasado ‘de miedo’,  siendo responsables de atroces violaciones a los DDHH a lo largo de la historia, y no parece atractivo correr ni siquiera un mínimo riesgo al respecto. Como muestra la historia, el ‘progreso’ no es lineal, existen retrocesos.

Nuestro país está anómico, como lo hemos medido hace algún tiempo, y sostenido en columnas anteriores. Esta carencia de normas, choque de normas y muy especialmente transgresión a las normas, la hemos evidenciado en las élites nacionales, pero también y más recientemente, en los ciudadanos comunes. Nuestra gran Contralora, Dorothy Pérez G., quien redujo a un 32% las licencias médicas desde mayo a septiembre (Chile le debe mucho a su trabajo), fue ovacionada de pie en la reciente reunión de ENADE como ningún candidato/a presidencial presente allí.  Ella entrega datos con claridad y parsimonia expositiva, sin grandilocuencias, con una sencillez y simpatía de mujer chilena, y muy comprometida con su trabajo profesional experto. Entregó variadas informaciones, empezando por mostrar la baja de presupuesto al organismo que dirige, y su orientación positiva a compensarlo con más y mejor tecnología. Mostró el descontrol o no cumplimiento de normas (anomia) en distintos ámbitos del acontecer nacional. Algunos ejemplos de ello: no se cuenta con body scanner en el control de ingreso de mercancías en las aduanas (es solo visual), hay transferencias no supervisadas a corporaciones municipales, falta de rendición de cuentas y obras pagadas que no fueron ejecutadas, cirugías anticipadas a parientes de funcionarios de salud, pacientes en espera por más de 1500 días, drogas entregadas  al servicio de salud en cantidad menor a la incautada, guardadas más de un año sin ser incineradas,  falta de control en su custodia, y extravío. Permisos para tenencia y porte de armas y municiones a condenados, a menores y a fallecidos, otorgadas por médicos generales, algunos ya muertos. Ingreso por pasos habilitados de personas ya expulsadas y con prohibición de ingreso al país. 704 permisos de obras públicas no contestadas por el Consejo de Monumentos Nacionales, y hasta 878 días de retraso en la aprobación de tales permisos. El 40% de los santiaguinos no paga el transporte público del ExTransantiago (Red), (tiende a disminuir).  ¿Ud. tiene alguna idea de las pérdidas de dinero y daño que todas estas transgresiones acarrean?  No tenemos espacio suficiente, así que sólo un ejemplo:  en 2024 la evasión en el transporte RED significó 191 mil millones de pesos (equivalente a financiar casi 20 CESFAM), y suma y sigue con el descontrol propio de la anomia.

Lo que predice la teoría de la anomia. La corrupción y la mala calidad de la política ha horadado las instituciones y su reputación y, con ello, la democracia. Es un mundo inseguro e inestable. En este contexto, la teoría de la anomia predice que la sociedad anómica demandará liderazgos fuertes, de mano dura o muy firme, liderazgos ordenadores, claros, que otorguen seguridad y tranquilidad, certezas, que sean previsibles, que generen confianza. El populismo extremo de derecha o de izquierda son un riesgo evidente en este contexto.

Y esto converge y se refuerza dialécticamente con el auge de los gobiernos de derecha o de tendencia autocrática en el mundo. Estos, por demás, históricamente no adscriben a teorías que sí, en cambio, identifican más a la izquierda, que culpan de la existencia de delincuentes a la pobreza, y que, por tanto, que hay que exculpar a los/las delincuentes y también -hoy- a los migrantes irregulares. La evidencia que desvirtúa esto es que hay muchos pobres en el mundo y no son, ni por lejos, en su mayoría delincuentes, sino gente honesta y muy trabajadora. También, que la mayoría de los países aceptan la migración, pero regular, no la irregular. Agreguemos que muchos de ellos además alientan una de tipo inteligente, buscando que vengan quienes más son necesitados.

Tohá lo ha dicho recientemente, -y no es nuevo-, la izquierda le tiene alergia a hacer cumplir la ley, y a la policía. Agreguemos, más ampliamente, que la izquierda ha tenido resistencias para aprender que la seguridad es una necesidad psicobiológica en la pirámide de necesidades de Maslow y en otras teorías de necesidades humanas, incluso en la del chileno Max Neef (es una necesidad, no es ideológica, aunque ciertamente se puede ideologizarla, como casi todo). Ella se ubica en la base de la pirámide -es básica o fundamental- , de modo que, si no está convenientemente satisfecha, muy improbablemente se podrá satisfacer necesidades de orden superior (relacionales, de libertad, y de realización personal) y, además, ello contribuirá al deterioro de la salud mental (ansiedad, depresión, irritación).

Según la teoría de la anomia entonces, la sociedad está proclive a apoyar muy probablemente  (no hay determinismos aquí), a alguien de declaraciones fuertes o duras, propias de los representantes de posiciones extremas. Alguien que aparezca como firme, con convicciones claras, con carácter dispuesto a hacer cumplir la ley, con soluciones a los problemas comprensibles y no alambicadas. Aún con la carencia de líderes que nos afecta, la izquierda y la derecha en Chile tienen algunos representantes de este tipo.

Un aspecto positivo de la excesiva oferta de 8 candidatos presidenciales actuales es que todos ya son maduros. Para la psicología, y en todas las culturas, la personalidad madura con la edad, alcanzando más estabilidad, más agradabilidad y conciencia, y eso es muy favorable después de un período como el que está terminando, dominado por millenials. Se necesita gente madura, ponderada en sus expectativas de logro, sin complejos adánicos (para no seguir aumentando frustraciones) y que no confundan su subjetividad con ‘la’ verdad.  En este contexto, con el surgimiento de nuevas extremas derechas, E Mathei han quedado más al centro, siendo hoy al menos, la candidata con menor rechazo y, por tanto, con mayor potencialidad de crecimiento, y, también, con mejor evaluación en su capacidad de gobierno.

¿Será esta elección presidencial un progreso respecto de la anterior entre un millenial, es decir, de alto narcisismo, y un extremista de derecha? A Ud. querido lector/a juzgarlo. No podremos anticipar que con un/a nuevo/a Presidente/a, las dos dimensiones de la anomia -el liderazgo y el tejido social- se recompongan fácil ni rápidamente, ya que están ambas muy fracturadas. En estos años hemos experimentado liderazgos inconsistentes,  con alianzas oportunistas, polarización política, falta de cohesión social, corrupción extendida, crimen organizado e inseguridad y su secuela de deterioro de la salud mental. Chile aún ‘no se cae a pedazos’, pero para salir de su estancamiento anómico requiere generar confianzas y una visión de país y amor por éste y sus ciudadanos genuina. No a una motivación narcisista por el poder ni por el beneficio personal, sí en cambio a recordar el viejo principio griego de la política como arte de servir al pueblo (y no servirse a sí mismo y a los amigos). Ojalá, Chile se vuelque a su centro y no se cumpla lo que la teoría predice.

En cualquier evento, para encaminarse a resolver este altamente complejo problema de la anomia se requiere fortalecer normas y valores fundamentales como la justicia, la igualdad, la solidaridad, promover la educación cívica para el aprendizaje de derechos y responsabilidades, fomentar la integración y apoyo sociales, el diálogo, la gobernanza, la transparencia, las oportunidades de empleo, promover la salud mental, fomentar una sociedad más ética, más equitativa, más segura, más altruista, y más fraterna, por nuestro bien, y especialmente por el de nuestros descendientes.

ad_avisos_legalesad_avisos_legales
ad_whatsapp_canalad_whatsapp_canal
Sigue informándote