El Embalse Bullileo alcanzará su llenado total entre miércoles y jueves, un hito positivo para los regantes del Longaví.
Aunque el déficit hídrico sigue marcando la temporada, el Embalse Bullileo está a punto de llenarse por completo. La Junta de Vigilancia del Río Longaví y sus Afluentes (JVRL) anunció que entre este miércoles 22 y jueves 23 de octubre se espera que el embalse alcance su capacidad total de 60 millones de metros cúbicos, una cifra esperanzadora para los regantes de la zona.
Actualmente, el embalse acumula 59,5 millones de m³, una cifra muy cercana a los 60,2 millones registrados en la misma fecha del año pasado. Esto, pese a que las precipitaciones desde abril suman solo 1.127 mm, lo que representa un 33% menos que el promedio histórico de 1.690 mm. La nieve también muestra una fuerte caída: 112 cm en la estación Nevado Longaví, muy por debajo de los 263 cm del año pasado.
“Estamos frente a un escenario complejo. A pesar de este llenado, la temporada será deficitaria por el impacto del cambio climático y la variabilidad extrema”, explicó Lisandro Farías, gerente técnico de la JVRL. Además, instó a planificar con cautela las siembras de verano, ya que aún no hay certeza sobre la disponibilidad hídrica en los meses que vienen.
En paralelo, el caudal del río Longaví sigue disminuyendo. La estación de Quiriquina marcó 34,1 m³/seg en las últimas 24 horas, en contraste con los 54,2 m³/seg del mismo día en 2024.
Como el sistema se encuentra en periodo de “río libre” —sin regulación desde el embalse— la Junta recordó que los usuarios pueden extraer agua directamente del río, pero llamó a una estrecha coordinación con los celadores de canales para asegurar un reparto justo y eficiente del recurso.
A pesar de la sequía, la capacidad completa del Bullileo entrega un respiro. Sin embargo, la señal es clara: la gestión del agua debe mantenerse con criterio y previsión.