Fabiola Pérez Avendaño. Paciente oncológica Sector Duao-Tres Esquinas, Comuna de Maule.
Soy Fabiola Pérez Avendaño, tengo 57 años, soy madre de 5 hijos, vivo en Duao-Tres Esquinas, localidad rural de la Comuna de Maule. Mis ingresos dependen principalmente de los trabajos esporádicos que pueda realizar y que producto de mi delicado estado de salud, se han visto fuertemente mermados, por lo cual, dependo completamente del sistema público de salud.
En 2023 me diagnosticaron Cáncer de Mama, enfermedad tratada en el Hospital Regional de Talca. Este año el cáncer reapareció y en el mes de Agosto, fui sometida a una mastectomía total en el mismo centro hospitalario. Luego de dicho procedimiento, el Comité Oncológico de Mastología, integrado por alrededor de diez especialistas, determinó que mi tratamiento debía incluir Quimioterapia, Radioterapia y Hormonoterapia (Letrozol). Sin embargo, al ser derivada a una oncóloga, esta profesional me informó que no autorizaría el tratamiento indicado por el Comité, sin entregar fundamentos médicos claros.
A pesar de mi ruralidad, sé que la calidad y oportunidad del tratamiento, en este caso oncológico, determina una mayor o menor sobrevida.
El derecho a la salud es un principio fundamental, reconocido por nuestras leyes y por los tratados internacionales que Chile ha suscrito. No es un favor ni una excepción, es una obligación del Estado y una expresión del respeto a la dignidad humana. No pido privilegios, solo un trato justo y acceso equitativo a salud, que se respete la decisión de los especialistas y se me aplique pronto el tratamiento indicado, lo que puede prolongar mi vida. Negar o retrasar un tratamiento adecuado es, en los hechos, una forma de discriminación.
Escribo esta carta con la esperanza de que mi voz sirva para visibilizar una realidad que muchas personas del Maule viven en silencio: la desigualdad en el acceso a la salud pública.





