Lunes, Octubre 27, 2025
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Hija adoptada ilegalmente en dictadura se reencuentra con su madre chilena tras 41 años

Tras una búsqueda impulsada por pruebas de ADN y apoyo jurídico, Kaitlin Saar y María Paulina González se reencontraron en Estados Unidos luego de más de cuatro décadas separadas.

El emotivo reencuentro entre Kaitlin Saar, una mujer estadounidense de origen chileno, y su madre biológica María Paulina González marcó un nuevo capítulo en las investigaciones sobre adopciones ilegales durante la dictadura de Augusto Pinochet. Los padres de Saar la entregaron a una familia de Long Island en los años 80, bajo el argumento de que buscaban “un mejor futuro para ella”.

Con el paso del tiempo surgieron dudas sobre la legalidad del proceso. Los padres adoptivos descubrieron que la niña formaba parte de una red de adopciones irregulares que afectó a cientos de familias chilenas.

Una difícil búsqueda

La madre biológica consiguió rastrear el certificado de nacimiento de su hija gracias a un abogado de derechos humanos, lo que le permitió establecer el contacto inicial a través de redes sociales. La ONG Connecting Roots apoyó la gestión, mientras que una prueba de ADN confirmó el vínculo directo. La primera reunión ocurrió el 8 de octubre en Smithtown, Estados Unidos, y fue documentada por ABC News.

Saar reconoció que siempre supo que había nacido en Chile, aunque el miedo a enfrentar la verdad la detuvo durante años. “¿No me quería? ¿Me quería? ¿Se arrepentía de haberme dado en adopción? ¿Estaba siquiera viva? No quería que la información me afectara, así que no la busqué”, señaló en declaraciones a People.

A pesar del dolor y la incertidumbre que cargó por décadas, afirmó que no guarda ningún resentimiento hacia su madre biológica. “No fue su culpa, y me dieron lo que creíamos que mi madre biológica quería: una vida mejor y oportunidades. Sin mis padres adoptivos, no sería quien soy ni estaría donde estoy hoy”, expresó, emocionada por “comenzar un nuevo capítulo”.

El caso vuelve a poner sobre la mesa el impacto humano de los procesos de adopción ilícita que separaron a miles de familias chilenas durante la dictadura. Kaitlin, ahora con 41 años, espera continuar fortaleciendo su vínculo con quien, por primera vez, pudo llamar mamá.

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