Jueves, Noviembre 6, 2025
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La importancia de una buena alimentación en la vejez: retos y beneficios

Andrea Torres Geldres, Departamento de Ciencias de la Nutrición y los Alimentos, Centro de Longevidad VITALIS, Universidad de Talca.

El envejecimiento es un proceso dinámico que requiere una adaptación continua, donde la salud se define no solo por la ausencia de enfermedad, sino también por la capacidad de mantener un bienestar físico, cognitivo y emocional. Para lograr un envejecimiento saludable, es fundamental entender cómo los cambios fisiológicos, psicológicos y sociales afectan la alimentación en las personas mayores.

Diversos estudios muestran que una buena calidad alimentaria en personas mayores es aún más relevante considerando los cambios que suceden con la edad. Por ejemplo, muchas personas mayores enfrentan dificultades para masticar y deglutir(tragar), una disminución del gusto y olfato, y una reducción en la absorción de nutrientes, factores que contribuyen a problemas de malnutrición y pérdida de masa muscular. Además, la presencia de enfermedades, discapacidades y alteraciones en la salud mental, como la depresión o la soledad, impactan en sus hábitos alimenticios y en su calidad de vida.

La realidad revela que, en muchas poblaciones de personas mayores, la calidad alimentaria es deficiente, con una alta prevalencia de hábitos no saludables. Sin embargo, se observan también patrones alimentarios positivos, como el consumo moderado de carne, bajo consumo de comida chatarra, alimentos ultra procesados y azúcares simples, aspectos que contribuyen a un envejecimiento más saludable.

Un ejemplo inspirador son las llamadas Zonas Azules —lugares con alta longevidad— donde sus habitantes llevan estilos de vida que incluyen una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, grasas saludables, y consumo moderado de proteínas, además de practicar actividad física regularmente y mantener fuertes lazos sociales y familiares. Esta combinación de hábitos hace que muchas personas en esas regiones vivan más de 100 años con buena salud.

La dieta mediterránea, en particular, ha sido reconocida por su capacidad para promover la longevidad y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Se recomienda un consumo de proteínas de alta calidad, omega-3, vitamina D y suplementos que ayuden a mantener la masa muscular y la función cognitiva en la vejez.

Promover estilos de vida saludable, incluyendo una alimentación equilibrada y actividad física regular, es esencial para mejorar la calidad de vida en la vejez. La integración de estos hábitos, junto con la atención a los aspectos psicosociales, puede ayudar a reducir las complicaciones relacionadas con el envejecimiento y promover una longeva y plena. En conclusión, la alimentación en personas mayores no solo debe centrarse en la ingesta de nutrientes, sino en comprender y abordar los múltiples factores que influyen en sus hábitos alimenticios, fomentando un envejecimiento activo y saludable, inspirado en los ejemplos de las zonas azules y la dieta mediterránea.

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