Profesores exigen frenar fusiones de cursos y posibles despidos en el PADEM 2026, mientras el alcalde Juan Carlos Díaz defiende ajustes estructurales, descarta desvinculaciones masivas y pide diálogo. Mañana el Concejo define el plan.
Las calles de Talca se convirtieron en el escenario de una tensión creciente entre el profesores, estudiantes y el municipio. Esto se debe al rechazo al Plan Anual de Desarrollo de la Educación Municipal (PADEM) 2026, que mañana enfrentará su votación clave en el Concejo Municipal. Los docentes han encabezado marchas, concentraciones frente al DAEM y manifestaciones en el frontis del municipio. Han tenido un discurso crítico sobre posibles despidos, fusión de cursos y falta de participación en la construcción del plan.
El gremio alerta sobre la eventual reducción de personal y el rediseño de aulas, lo que —según sostienen— impactará la calidad escolar. La molestia se profundizó ante la percepción de que las decisiones se tomaron sin diálogo amplio con las comunidades educativas. “No vamos a permitir que la educación pública se reestructure solo con criterios presupuestarios”, han reiterado dirigentes en las protestas de los últimos días.
Frente a este escenario, el alcalde de Talca, Juan Carlos Díaz, defendió el plan y el proceso. La autoridad subrayó que el PADEM 2026 responde a un mandato legal y a un escenario ineludible: la disminución sostenida de la matrícula en la educación municipal. Aun así, aseguró que el municipio proyecta llegar a 20.400 estudiantes el próximo año. Tiene una mirada optimista sobre el sistema.
Díaz aclaró que la propuesta original contemplaba la fusión de 111 cursos, varios con menos de 10 estudiantes. Sin embargo, la cifra se redujo a 67, priorizando que las aulas tengan un mínimo de 25 alumnos para sostener estándares pedagógicos. “No se trata de recortar por recortar. Se trata de proteger la continuidad del sistema. Si no ajustamos, el daño sería mayor”, afirmó.

Posibles despidos
En materia laboral, el jefe comunal descartó despidos masivos, explicando que la proyección actual considera la no renovación temporal de hasta 180 contratos. Su futuro se revisará nuevamente en febrero de 2026, una vez consolidada la matrícula real. “Nadie que sea necesario para sostener la calidad de nuestros colegios va a quedar fuera”, enfatizó.
El alcalde también puso sobre la mesa el esfuerzo financiero municipal. Aunque la proyección inicial de aporte para 2025 era de $1.500 millones, el municipio terminó destinando $4.200 millones. Para 2026, el monto comprometido ascenderá a $3.000 millones. “Hemos ajustado inversiones en otras áreas para sostener la educación, porque lo que está en juego es sagrado: el futuro de nuestros niños”, sostuvo Díaz.
Lo anterior contrasta con lo informado en la Cuenta Pública 2024. Allí, la municipalidad reportó ingresos por M$77.797.720 y gastos por M$75.568.579. Esto dio como resultado un saldo positivo de M$2.229.141, además de una deuda exigible de M$402.674. Frente a estas cifras, los docentes sostienen que no existen argumentos sólidos para justificar recortes de la magnitud propuesta.

A la espera de la votación
La decisión final quedará en manos del Concejo Municipal, pero el pulso entre el gremio docente y la administración local expone una fractura que va más allá de los números. El PADEM 2026 no solo reorganiza cursos o proyecta presupuestos: mide la confianza de una comunidad educativa que exige participación real y certezas, no solo proyecciones.
Mientras el municipio defiende responsabilidad financiera y continuidad del sistema, el Colegio de Profesores advierte que sin legitimidad social, ningún plan educativo es sustentable. Mañana no solo se vota un instrumento de gestión: se define el tono político del diálogo en Talca y la forma en que la ciudad enfrentará el futuro de su educación pública.
La tensión dejó de ser técnica y pasó a ser simbólica. Y en esa disputa, ningún lado podrá cantar victoria si el costo es la fractura de la comunidad escolar que dicen querer proteger.





