Vecinos del Condominio Quinta Gaete, en Constitución, denuncian una década de fallas en el sistema de agua potable. Acusan responsabilidades diluidas y exigen que Serviu Maule acelere la solución definitiva.
El Condominio Quinta Gaete, en Constitución, enfrenta una crisis hídrica que afecta desde hace más de diez años a las 320 familias del conjunto. La falla estructural del sistema de agua potable los obliga a abastecerse diariamente mediante bidones, en un escenario que golpea especialmente a niños, adultos mayores y personas con movilidad reducida.
El proyecto habitacional, construido tras el terremoto del 27/F, opera con una planta presurizadora diseñada para reemplazar la escasa factibilidad de agua potable, originalmente garantizada solo para seis viviendas. Desde 2014, la operación quedó en manos de los vecinos, quienes no cuentan con recursos ni conocimientos técnicos. El sistema no posee un grupo electrógeno, por lo que cada corte de luz deja sin agua a toda la comunidad.
Las salas hidráulicas han superado en múltiples ocasiones los rangos permitidos, provocando explosiones, roturas y graves inundaciones en viviendas y espacios comunes. En total, los residentes calculan que han gastado más de $50 millones en reparaciones, colectas internas y mantenciones de emergencia.
La situación es especialmente crítica en dos torres ubicadas 30 metros por encima de la planta de agua. Esa diferencia de altura impide la llegada del suministro en emergencias y vuelve inoperante el único grifo del sector, que no tiene la presión necesaria para enfrentar un incendio. El temor a una tragedia mantiene a las familias en permanente alerta, sobre todo durante la temporada de riesgo forestal.
Las responsabilidades permanecen diluidas entre las instituciones. El terreno pertenece a Serviu Maule, entidad que levantó la licitación y fiscalizó al constructor Boesch. Los vecinos acusan que, tras la entrega realizada durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, ningún organismo público ha asumido una solución definitiva.
En 2022, el municipio destinó $18 millones para enfrentar las emergencias, pero los problemas continúan. Mientras tanto, las familias siguen cargando bidones, financiando reparaciones y gestionando respuestas que, según denuncian, nunca llegan.
“Estamos en la etapa final del proceso”
La directora de Serviu Maule, Paula Oliva, aseguró que existe un proyecto de mejoramiento en revisión técnica y que se gestiona una asignación directa de recursos por la urgencia.
“Estamos en la última etapa del proceso y trabajamos para mejorar el sistema de agua potable”, señaló.
Sin embargo, los vecinos sostienen que esta explicación es la misma que Oliva entregó hace más de un año, sin avances concretos ni fechas de ejecución.
“No podemos seguir esperando mientras todo se deteriora”
La presidenta del condominio, Nataly Rojas, reiteró que la comunidad no soporta más postergaciones.
“Las bombas duraron tres o cuatro años y desde entonces todo ha sido fallas, inundaciones y gastos que no nos corresponden”, dijo. “Si cambian el proyecto, que Serviu asuma los costos. Diez años esperando es demasiado. No podemos seguir pagando mientras dilatan la solución”, agregó.
La comunidad anunció que continuará movilizándose para exigir una respuesta concreta, mientras la infraestructura sigue operando al límite y sin garantías de funcionamiento seguro. Las familias advirtieron que, si no reciben respuestas concretas y plazos claros, evalúan manifestarse cortando la Ruta 5 Sur, como último recurso para visibilizar la crisis que arrastran desde hace una década.





