La desvinculación de la directora Gabriela Pérez y de todo el equipo de Seguridad Pública dejó a Villa Alegre sin personal operativo, en medio de un clima marcado por la preocupación vecinal y la tensión municipal.
Un escenario de inestabilidad institucional vive Villa Alegre después de que el municipio confirmara la salida de la directora de Seguridad Pública, Gabriela Pérez. La salida incluyó a la totalidad del equipo de inspectores municipales. La decisión dejó sin personal operativo a la repartición encargada de los patrullajes y del apoyo directo a la comunidad. Esto elevó la preocupación inmediata entre los habitantes.
La situación se expuso durante el Concejo Municipal. El concejal César Vallejos Yáñez solicitó explicaciones al alcalde Arturo Palma Vilches por la brusca determinación. “Este cambio genera incertidumbre en un momento crítico para la comuna”, planteó el edil. Aludía al clima de tensión que se arrastra desde la desaparición de la concejala María Ignacia González.
El alcalde Palma afirmó que la medida forma parte de una reorganización administrativa. Aseguró que el municipio evalúa un nuevo modelo de funcionamiento para el área. Sin embargo, no adelantó fechas ni detalles sobre la implementación de la estrategia. Esto aumentó las dudas respecto del manejo de la seguridad local.
La comunidad reaccionó con alarma tras la remoción del equipo, cuya labor incluía patrullajes preventivos, apoyo en emergencias menores y coordinación diaria con Carabineros. Para numerosos vecinos, la Dirección de Seguridad Pública representaba un canal directo para enfrentar situaciones que no siempre derivaban en denuncias formales.
A través de una declaración, la exdirectora Gabriela Pérez confirmó la desvinculación total del personal. “La comuna queda sin capacidad municipal para ejecutar los programas de seguridad vigentes”, advirtió. Además, señaló que la unidad venía operando con limitaciones durante los últimos meses. Aunque, el equipo mantenía sus funciones para no afectar a la comunidad.
Mientras el municipio define una nueva estructura, Villa Alegre permanece sin patrullajes municipales ni presencia territorial propia. Este panorama profundiza la sensación de vulnerabilidad y mantiene en alerta tanto a vecinos como a autoridades locales.





