Iván Palomo G., director del Centro de Longevidad VITALIS, Universidad de Talca y del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES-CUECH).
En Chile las personas mayores representan alrededor del 20% de la población, es decir casi cuatro millones. Actualmente la brecha digital afecta a muchos y muchas de ellos y ellas.
Aunque el 88% de los hogares con personas mayores tiene acceso a Internet, solo el 41% de ellas y ellos lo usa. Por otra parte, solo el 83% de las personas mayores posee teléfono inteligente. Esta situación limita la autonomía de las personas mayores, especialmente cuando trámites públicos y comunicaciones sociales dependen cada vez más de la red.
Estudios han demostrado que la inclusión digital mejora la calidad de vida de las personas mayores, reduciendo la soledad y el aislamiento social. El Gobierno lanzó una Estrategia Nacional de Inclusión Digital 2025–2035 con el objetivo de eliminar estas brechas; por ejemplo, financia manuales de uso tecnológico y talleres en municipios. Como sociedad, debemos acompañar este esfuerzo: facilitar que los mayores aprendan a usar smartphones, redes sociales y puedan realizar trámites en línea.
A los y las jóvenes actuales, quienes nacieron y crecieron con computador, internet y teléfonos inteligentes, entre otras tecnologías, les cuesta entender que a sus abuelos y abuelas les cueste sumarse a los avances que esto implica.
Muchas personas mayores desean y pueden aprender. Es hora de dejar atrás los prejuicios y entender que, con apoyo adecuado, los mayores pueden utilizar estas plataformas para estar conectados y vinculados. Para lograrlo, las personas mayores requieren espacios de aprendizaje específicos (p. ej. cursos de alfabetización digital en bibliotecas o centros comunitarios) y planes de conectividad preferencial.
Asimismo, debemos empoderar a las personas mayores para reconocer riesgos (estafas en línea, noticias falsas) y aprovechar herramientas como la Clave Única.
En definitiva, la tecnología debe ser un aliado para la autonomía de las personas mayores y no un obstáculo. Algunas ideas para ir reduciendo esta gran brecha digital:
a) Municipalidades y Universidades: Desarrollar programas municipales y vecinales de alfabetización digital, donde jóvenes voluntarios enseñen a usar Internet y apps.
b) Empresas proveedoras de internet: Ofrecer planes y equipos accesibles para mayores (como propone la estrategia digital).c) Nietos y nietas: Acompañen con cariño y paciencia a sus abuelos y abuelas en el mundo digital; un apoyo familiar puede marcar la diferencia.





