Jorge Navarrete. Académico de la Facultad de Economía y Negocios. Universidad de Talca. Director. Magister en Gestión y Políticas Públicas. Presidente. Consejo de la Sociedad Civil del Maule.
Indudablemente e incuestionado por los más prestigiados expertos, la economía de Chile presenta una estable solidez después de tres los 3 gravísimos shocks o desequilibrios que algunos suelen olvidar: El primero, a raíz del estallido social, el segundo debido a la pandemia de Covid-19 y el último fue “un shock populista”.
Este último, ha gozado en su génesis de la mayor amnesia de un sector de la ciudadanía.
Recordemos que sucedió en 2021 y “todo el sistema político fue parte” de él: los retiros de fondos de pensiones fueron aprobados con grandes mayorías (se requería quorum altísimo en Congreso Nacional, y los pocos que no lo aprobaron fue porque encontraban la cantidad insuficiente para que las familias enfrentarán la pandemia que les embargaban); es más incluso hubo un proyecto del gobierno del presidente Piñera de los llamados “retiros”, el cual también se aprobó.
Frágil la memoria ¿verdad?
Además, en esos años, con la creación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), con cobertura de más de 80% de la población implicó un desequilibrio fiscal muy grande, en el también votaron todos los sectores políticos (desde la UDI al FA pasando por el PC).
Lo importante es que se ha aprendido, pues después aún en el actual gobierno actual, cuando vinieron nuevas propuestas de retiros, tuvieron mayorías (casi unánimes) que rechazaron esas propuestas.
Según el prestigiado exministro Mario Marcel, quien también se desempeñó como presidente del Banco Central desde 2016 hasta 2022: “todos se dieron cuenta que fue un momento de excesos, que había que, en primer lugar, parar esa dinámica, y en segundo lugar (que) se necesitaban políticas que ayudaran a reequilibrar la economía”.
Eso lo logró incontrastablemente Mario Marcel, quién -al menos en septiembre de 2025- señaló que “sacando la minería, chile está creciendo al 3% desde hace varios meses”.
Por cierto, algunos no le quisieron escuchar por la “barricada electoral” tan propia de los comicios presidenciales; empero, “no ha peor miopía que el que no quiere ver”… lo que fue insinuado en realidad y perspectiva por el al último Informe de Política Monetaria (IPoM) del presente mes de diciembre, 2025, del Banco Central.
“Dato mata relato”, y esos son los números -comparados con un año atrás- que hoy día tenemos.
Asimismo, la inversión -en este mismo IPoM de diciembre- está proyectando para este año un crecimiento del 7%, lo que es un incremento más que relevante. Simultáneamente, también corrigió al alza las proyecciones de crecimiento para el año 2026.
Eso, objetivamente, no es fruto de la improvisación, de la casualidad, de la inercia o de la coyuntura. Y, es así, porque ya desde hace dos años que el catastro de proyectos de inversión de la Corporación de Bienes de Capital, viene creciendo sistemáticamente, en lo que incide la baja tasa de riego país, con todo lo que esto trasunta que no es el caso detallar a un lecto/ra inteligente como usted.
Consubstancialmente, expertos económicos -del más amplio espectro académico y consultoría de fuste- afirman que es altamente probable que durante buena parte del próximo año 2026, la inflación esté por debajo del 3%.
¿Qué tan sostenible podrá ser un crecimiento de un 3% en 2026 -obvio que todas y todos aspiramos a más- cuando la próxima administración plantea rebajas impositivas y la eliminación de contribuciones para la primera vivienda sin compensación de ingresos por otra vía, o que rebaje los gastos en la misma magnitud?
Esto no deja de ser inquietante, pues también coinciden los expertos que ello lo observan rigurosamente las clasificadoras de riesgos y los inversionistas, entre otros; y han existido casos en el mundo -hace poco tiempo- en los cuales una agenda de rebajas de impuestos sin compensación, ha sido castigada severamente por los mercados.
Complementariamente -y bien se sabe en economía- que toda rebaja en inversión social (salud, educación, previsión y vivienda…) genera lo que los tasadores de riegos denominan: “conflictividad política producto de la conflictividad social”, que se suele contrarrestar por la autoridad, no necesariamente construyendo “puentes” ni diálogos sinceros, sino con autoritarismo y represión desbordante, respectivamente; que, finalmente, ante el “remedio” (rebaja de la inversión social para compensar rebajas impositivas), éste puede salir más “caro que la enfermedad”.
Es en ese escenario, en que la autoridad termina -ya casi universalmente aceptado- victimizándose ante los medios de comunicación, RRSS y encuestadoras que, realmente controla, para lograr un “funcional” intermediario que suele ser: la iglesia católica, anhelosa ya -elocuentemente- por recuperar el espacio perdido en nuestra sociedad chilena, atenta ésta -por lo demás- de preservar sus avances sociales, y derechos civilizatorios, como los derechos de la mujer y de la familia homoparental.
Esos procedimientos “de manual”, tan propio de los regímenes e instituciones muy conservadoras, iliberales o de ultraderecha; empero, especialmente, de sus decisiones gubernamentales -que nadie en sus sano juicio desea, mucho menos si se “ningunea” al Congreso Nacional o abusando de decretos con fuerzas de ley- y que todos respetuosamente requieren prevenir (ello no está en ningún programa presidencial), dependerá exclusivamente de quienes pernoctarán en la Casa de Toesca, y de sus aliados, a los cuales sinceramente se les anhela: el mayor realismo económico, la imprescindible sensibilidad social, y sobre todo: madurez política para bien de todas las Familias de Chile.
Como se avizora, en los próximos años la economía y la política serán más consubstanciales que nunca, en el bien entendido que el Mercado sabe de crecimiento y distribución de bienes y servicios; y el Estado nació para dotar de Dignidad a todos los seres humanos, sin excepción; por tanto, ambos -Mercado y Estado- deben avanzar como “buenos hermanos”, armoniosamente; y en ello, él Gobernante importa. Por ello, se hacen votos para que más que “astucia”, en su persona: esté dotado de la más genuina Sabiduría Política.
¡Así sea!





