En medio de una zona forestal en Cauquenes, la Escuela El Trozo impulsa la educación de 23 estudiantes con un fuerte énfasis en la inclusión, el medio ambiente y la cultura local.
En el kilómetro 30 del camino Cayurranquil, en la comuna de Cauquenes, se ubica la Escuela El Trozo, un establecimiento rural con 23 estudiantes, tres docentes y un asistente de la educación. A pesar de su tamaño, destaca por su compromiso con la comunidad, la educación integral y el respeto por el medio ambiente.
El origen de la localidad de El Trozo se remonta a la tala de un gran árbol, cuyo tronco quedó a la vera del camino. En la década de 1970, gracias a un operativo cívico-militar y la donación de un terreno por parte de una familia local, nació esta escuela. Desde entonces ha enfrentado múltiples desafíos para brindar oportunidades educativas a niños y niñas del sector.
El director del establecimiento, Francisco Fuentealba, destaca que liderar esta escuela ha sido una tarea compleja pero significativa. “Mucho trabajo duro para salir adelante con todas las necesidades de nuestros estudiantes y trabajar para proyectarlos hacia un futuro mejor”, señaló.
La escuela imparte clases desde 1° a 8° básico y mantiene vínculos con otros centros educativos para facilitar la continuidad de estudios en enseñanza media. “Nuestro sueño es que sean grandes profesionales, que se desarrollen y sean un aporte a la sociedad”, enfatizó Fuentealba.
Una escuela con sello inclusivo y ecológico
Camila Bustos, profesora de educación diferencial, lleva tres años trabajando en el establecimiento. Para ella, enseñar en El Trozo es una experiencia gratificante, aunque reconoce los desafíos. “Los niños entregan mucho amor, pero también presentan diagnósticos complejos”, explicó. En este contexto, menciona la discapacidad intelectual moderada (DIM) como uno de los casos frecuentes, lo que obliga al equipo docente a redoblar esfuerzos.
El sello ecológico del establecimiento ha impulsado iniciativas como el cultivo en invernadero, la plantación de árboles nativos y un fuerte compromiso con el reciclaje, reutilización y reducción. A ello se suma un enfoque en el rescate de la cultura local, a través de actividades literarias, artísticas, musicales y culinarias. Estas actividades fortalecen la identidad y el vínculo con el territorio.
Además, la escuela mantiene una estrecha colaboración con la comunidad. Esto incluye la Posta rural, la junta de vecinos y la empresa Forestal Arauco, consolidando una red de apoyo fundamental para el desarrollo educativo de sus estudiantes.
