Sofía Martínez, una joven de 16 años de Longaví, sufre de complejas enfermedades poco comunes. Su familia organiza campañas para financiar un tratamiento en el extranjero.
Sofía Martínez Parra, estudiante de tercero medio del colegio Abate Molina de Longaví, permanece internada desde hace cuatro meses en el Hospital Regional de Talca. Su vida dio un vuelco tras recibir el diagnóstico de síndrome de Wilkie, síndrome del cascanueces (Nutcracker), anemia aguda y múltiples alergias alimentarias. Estas condiciones, poco frecuentes en Chile, le provocan dolores crónicos, problemas digestivos severos y una alimentación extremadamente limitada.
La madre de Sofía, Verónica Parra, ha estado con ella día y noche desde que comenzó su internación. “Sofía quiere vivir sin dolor, no ser tratada como un caso de prueba”, enfatiza, recalcando la angustia emocional, social y económica que atraviesa su familia.
En marzo pasado, el médico William Uribe, del Hospital de Linares, fue quien identificó el complejo cuadro clínico. Desde entonces, varios especialistas han intentado evaluar su caso, sin éxito en Chile. “Pasamos dos meses en Santiago sin soluciones concretas”, agregó la madre, quien actualmente se encuentra con licencia médica gracias a la Ley Mila, mientras el padre trabaja por temporadas en labores agrícolas.
Ante la falta de respuestas en el sistema de salud, la familia ha iniciado una cruzada solidaria para recaudar fondos y buscar tratamiento en el extranjero. Una de las primeras actividades será un bingo solidario el próximo sábado 5 de julio, desde las 17:00 horas, en el Gimnasio Municipal de Longaví, con la participación de diversos artistas. Además, organizan un show benéfico en Linares, y pronto anunciarán la fecha.
“Pedimos apoyo a empresas y personas que puedan ayudarnos económicamente. Cualquier aporte será fundamental para mejorar la calidad de vida de mi hija”, declaró Verónica Parra.
Para quienes deseen colaborar, se ha habilitado la Cuenta Rut Banco Estado 22.821.347-0, a nombre de Sofía Martínez Parra.
El caso de Sofía refleja las limitaciones del sistema de salud chileno para tratar enfermedades poco frecuentes. Su historia, sin embargo, también es un llamado a la solidaridad, la empatía y la esperanza.