Más de 380 millones de cristianos enfrentan persecución grave hoy en día. En los últimos meses se han registrado sangrientos atentados en la República Democrática del Congo, Siria y Europa que exigen una respuesta urgente internacional.
Las comunidades cristianas alrededor del mundo están padeciendo una escalada de violencia indiscriminada, con ataques recientes que ilustran la gravedad de la situación. Según reportes confiables de ONG y medios internacionales, estos ataques involucran asesinatos masivos, homicidios selectivos, bombardeos a iglesias y asesinatos de fieles mientras expresan su fe.
Casos recientes:
- En la provincia de North Kivu, República Democrática del Congo, rebeldes afiliados al Estado Islámico llevan a cabo múltiples ataques. Uno de los más terribles fue el ataque a un funeral en Ntoyo, donde más de 60 personas fueron asesinadas con machetes y armas ligeras. Otro asalto en Beni cobró al menos 18 vidas.
- En Komanda, Ituri (Rep. Democrática del Congo), un grupo armado perteneciente a IS-CAP atacó una iglesia católica y quemó casas y comercios, dejando al menos 34 muertos.
- En Siria, la iglesia griega ortodoxa Mar Elias en los suburbios de Damasco fue blanco de un atentado suicida durante la misa. Más de 25 fieles murieron y decenas resultaron heridos.
- En Francia, un caso que ha consternado a la comunidad cristiana: Ashur Sarnaya, un cristiano asirio iraquí, fue apuñalado hasta morir mientras transmitía en TikTok hablando de su fe.
Los últimos ataques muestran que la violencia contra cristianos ya no es un fenómeno aislado, sino parte de una crisis global de persecución religiosa que no distingue fronteras. Las cifras hablan de miles de muertos, comunidades destrozadas y un miedo latente. Pero también muestran el valor de quienes resisten.
Hoy, más que nunca, es crucial unir esfuerzos para que la fe no sea motivo de muerte, sino de esperanza y dignidad.