Desde septiembre de 2024, dos cargamentos con un total de 30 piernas humanas permanecen retenidos en una bodega del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez (SCL) en Santiago.
Estas extremidades fueron importadas desde Estados Unidos por el Centro de Entrenamiento Médico Quirúrgico SpA (CEMQ) con el propósito de ser utilizadas en la formación de profesionales de la salud, debido a la escasez de donaciones de cadáveres en el país.
La Subsecretaría de Salud Pública de Chile rechazó el ingreso argumentando que la normativa vigente solo permite la importación de muestras humanas obtenidas mediante donación, no mediante compra.
Esta interpretación se basa en la Ley 19.451, que regula la donación y trasplante de órganos y tejidos humanos en Chile.
Repercusiones y acciones legales
La decisión de las autoridades sanitarias ha generado un conflicto legal. El CEMQ presentó un recurso de amparo económico ante la Corte de Apelaciones de Santiago, argumentando que la falta de acceso a material cadavérico adecuado afecta la calidad de la formación médica en el país.
El caso ha sido elevado a la Corte Suprema, que deberá determinar si la legislación chilena permite la importación de partes humanas con fines educativos mediante compra.
Contexto académico y ético
La escasez de cadáveres para fines educativos es un problema reconocido en Chile. Un estudio de 2019 de la Universidad Austral reveló que solo tres de las 12 casas de estudio evaluadas cuentan con un stock suficiente para realizar prácticas de anatomía. Este déficit ha llevado a algunas instituciones a considerar la adquisición de material cadavérico en el extranjero, lo que plantea dilemas éticos y legales sobre la comercialización de partes humanas.
Mientras la Corte Suprema resuelve el conflicto, las 30 piernas humanas continúan almacenadas en el aeropuerto, enfrentando el riesgo de deterioro. Este caso destaca la necesidad de revisar y actualizar la legislación chilena en relación con la utilización de material cadavérico para fines educativos, considerando tanto las necesidades del sistema de salud como los principios éticos que rigen la dignidad humana.
Este insólito caso ha captado la atención pública y académica, generando un debate sobre la regulación de la utilización de partes humanas n la educación médica en Chile.