Diego Palomo. Universidad de Talca.
Señor Director:
La inteligencia artificial (IA) es vista por algunos como la esperanza de la humanidad y por otros como el inicio del fin. Por lo mismo, las actitudes respecto al uso de la IA están igualmente divididas.
La IA no es un concepto único: comprende diversas tecnologías con diversos niveles de complejidad y capacidad. Su clasificación se basa en el nivel de inteligencia y autonomía que tiene una IA en relación con la inteligencia humana. Se suele distinguir entre IA Débil que son sistemas diseñados para realizar tareas específicas sin comprender el contexto. No pueden razonar ni aprender fuera de lo programado. Ejemplo típico son los asistentes de voz como Siri o Alexa. Y también se reconoce la IA Fuerte, que es una inteligencia artificial con capacidad de razonar, aprender y adaptarse a múltiples situaciones sin intervención humana, tecnología que aún está en pleno desarrollo y expansión.
Como sea, la IA ha revolucionado la forma en que interactuamos con la tecnología, desde asistentes virtuales hasta algoritmos que buscan optimizar diversas actividades de la vida. Se ha reconocido diferentes riesgos en función del tipo de tecnología utilizada, así como la tarea específica que se encargue a la IA. Sería conveniente se diese a conocer en forma amplia las propuestas y miradas sobre la IA de los diversos candidatos a la Moneda, ver los resguardos que promoverán en un escenario actual cada vez más líquido.





