La histórica racha de LeBron James llegó a su fin en Toronto, pero los Lakers se llevaron un triunfo agónico gracias a un triple de Rui Hachimura en el último segundo, en un duelo marcado por la brillante actuación de Austin Reaves.
La histórica seguidilla de 1.297 partidos anotando 10 o más puntos llegó a su final para LeBron James, quien solo sumó 8 unidades en la ajustada victoria de los Los Angeles Lakers por 123-120 frente a los Toronto Raptors.
James mostró una jornada inusualmente errática, con un 4 de 17 en tiros de campo. Aun así, aportó 11 asistencias, incluida la acción clave que permitió a Rui Hachimura convertir el triple ganador sobre la bocina, una decisión que el propio LeBron explicó: “Preferí hacer la jugada correcta antes que perseguir un récord personal”.
El gran protagonista de la noche fue Austin Reaves, quien firmó una actuación sobresaliente con 44 puntos, 10 asistencias y 5 rebotes, liderando a un equipo que no contó con Luka Doncic y que mantiene su segundo lugar en la Conferencia Oeste con un registro de 16-5.
En los Raptors, Scottie Barnes rozó el triple-doble con 23 puntos, 11 rebotes y 9 asistencias, mientras que Brandon Ingram cerró con 20 puntos y una sólida contribución en ambos costados de la cancha. A pesar del esfuerzo, Toronto no logró contener el cierre explosivo de Los Ángeles.
Más allá del fin de una racha que parecía interminable, LeBron James volvió a demostrar por qué su figura trasciende cualquier estadística. Su decisión de priorizar la jugada colectiva antes que su propio registro refleja la esencia de un jugador que ha construido un legado basado en la inteligencia, la generosidad y el liderazgo. A los 40 años, James reafirma que su grandeza no depende solo de los puntos que anota, sino del impacto que genera en cada partido y en cada equipo que lidera. Su gesto en Toronto habla más fuerte que cualquier cifra: incluso cuando no brilla en el marcador, sigue siendo una leyenda viva de la NBA.


