Este miércoles han llegado las primeras señales de que el final de la violencia podría estar más cerca.
Moscú y Kiev trabajan en un plan de paz sobre un borrador de 15 puntos. Ese acuerdo prevé la renuncia de las autoridades ucranianas a integrarse en la OTAN, una línea roja para Moscú, y una limitación de sus Fuerzas Armadas a cambio de un alto el fuego y la retirada de Rusia.
Sin embargo, aún no hay noticias sobre el encuentro que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, reclama con su homólogo ruso, Vladímir Putin. El mandatario de Ucrania, que ha pedido en una intervención desde Kiev en el Congreso de EE UU que ese país se erija en “líder de la paz”, reconoce que los contactos en las últimas horas están siendo “más realistas”.
Putin, por su parte, no oculta que se hallan en negociaciones para lograr un acuerdo y el jefe de su diplomacia, Serguéi Lavrov, afirma que están “cerca” de conseguirlo.
Las dos partes enfrentadas han reconocido ciertos avances pese a que los ataques sobre el terreno se mantienen, como el bombardeo que ha costado la vida a una decena de personas que esperaban en una cola del pan en la localidad de Chernígov, al noreste de la capital de Ucrania, según acusa Estados Unidos.