Gabriel Boric Font emitió una declaración pública desde La Moneda, donde analizó la realidad chilena a tres años de la revuelta que marcó al país en 2019 e indicó que “es necesario construir puentes”.
A primera hora de este martes, el Presidente de la República se dirigió al país desde el patio de los Naranjos en el palacio de La Moneda. Allí, inició la jornada de tercer aniversario del denominado estallido social pues, un 18 de octubre de 2019, se iniciaron masivas protestas que persistieron durante meses en todo el país y, que hoy día, generan expectativas en materia de seguridad.
En ese contexto, el mandatario quiso dar a conocer el análisis que realiza el Gobierno sobre este fenómeno social. cuyas demandas se acentúan hoy más que nunca tras la crisis sanitaria, económica y guerra entre Ucrania y Rusia.
El discurso partió con una autocrítica “A tres años, es tiempo de salir de nuestra zona de confort, para interpretar lo que ahí paso, las lecciones que tenemos que sacar, y actuar”. Y continuó con una interpretación que marcó la pauta: “El estallido no fue una revolución anticapitalista o una ola de delincuencia, fue una expresión de dolores y fracturas de nuestra sociedad y que la política no ha dado respuesta“.
En ese sentido, recalcó que el malestar social fue manifestado desde cada rincón del país y con una masiva convocatoria: “a quienes dicen que el 18 de octubre fue una ola de violencia, se les olvida que una semana después, el 25 de octubre, más de un millón de personas salieron a las calles de Santiago y miles en regiones”.
Además, el ejecutivo considera que “una de las razones por la que llegamos a este punto, fue por la incapacidad del mundo político de acordar soluciones, pasaron años y hubo advertencias del malestar y esos acuerdos no se produjeron y desde entonces no hemos avanzado”, señaló.
Entonces, Boric dio muestras de conciliación con todo el mundo político: “Está en la voluntad de nuestro Gobierno construir puentes y no dinamitarlos con sectores políticas que no piensan como nosotros y la sociedad”.
Violación a los Derechos Humanos y delincuencia
Posteriormente, la declaración abordó la violencia transversal que se vivió en aquella época: “El estallido social fue doloroso desde el punto de vista de los DDHH, personas sufrieron abusos y no podemos ser indiferentes; es indispensable que en democracia los abusos policiales se investiguen y sancionen; es un acto de justicia con la institución policial”, indicó.
Y agregó que “como Estado debemos asumir que el control policial de esos meses sobrepasó el límite de lo aceptable. Hubo muertos, abusos sexuales, mutilaciones oculares, y eso no puede quedar impune, y eso no se puede volver a repetir”.
Sin embargo, el Presidente asegura que esto no quiere decir que las fuerzas policiales no deban hacer su trabajo: “Las violaciones a los DDHH no son aceptables, y a la vez, Carabineros cuenta con todo nuestro respaldo para combatir la delincuencia y asegurar el control del orden público; no hay dicotomía entre ambas posiciones”, aseveró.
Finalmente, destacó que “La protesta social no puede ser sinónimo de violencia” y que “el pueblo de Chile no nos quieren ver peleando, nos quieren ver solucionando (…) este es el momento de actuar”.
“No tenemos ni un minuto que perder, pongamos toda nuestra voluntad hacia avanzar”, cerró.
