El documento fue adoptado por 195 partes en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2015 y su objetivo es aplicar transformaciones económicas y sociales para lograr combatir las consecuencias del calentamiento global.
Durante esta semana se cumplieron siete años desde aquella Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2015, donde 194 países más la Unión Europea firmaron el Acuerdo de París, el 12 de diciembre de ese año.
Ante la emergencia climática extrema que afecta a todo el planeta, los Estados del mundo accedieron a adoptar medidas para trabajar en conjunto en soluciones coordinadas, que ayuden a los territorios a desarrollar economías sostenibles y con bajas emisiones de carbono.
De esta forma, el Acuerdo de París planteó una serie de objetivos a largo plazo, que sirven como guía para todas las naciones que accedieron a unirse a la resolución. Entre estos lineamientos se encuentran la reducción sustancial de las emisiones de gases de efecto invernadero, para limitar el aumento de la temperatura global.
Asimismo, el pacto estableció que los compromisos de cada país deben ser revisados cada cinco años, y se debe brindar financiamiento a las naciones en desarrollo, para ayudarlos a reducir las consecuencias del cambio climático en sus suelos y en la población.
La importancia de la resolución es que está implementada en esos ciclos de cinco años, donde cada vez se definen acciones más ambiciosas en materia climática. Cada lustro, los países emiten un plan nacional actualizado de acción climática, que es conocido como Contribución Determinada a Nivel Nacional (CDN).El Acuerdo de París representa un hito a nivel internacional y multilateral entre las iniciativas para combatir el cambio climático, porque por aquella primera vez el 12 de diciembre de 2015, prácticamente todos los países se comprometieron en una causa común, que hasta el día de hoy continúa impulsando a las naciones a combatir el calentamiento global.
