Columna enviada por el abogado, Doctor en Derecho Procesal y académico de la Universidad de Talca, Diego Palomo.
La relación entre la ideología y las reformas a la justicia es un tema complejo y debatido que, sin embargo, no puede ser reducido a una mera cuestión técnica. En efecto, las reformas a la justicia están íntimamente ligadas a la ideología que prevalece en una sociedad y a las concepciones que se tienen sobre la función del Estado y la justicia en ella.
En primer lugar, la ideología influye en la manera en que se concibe el papel del Estado en la protección de los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos. Por ejemplo, una ideología liberal puede considerar que la justicia debe ser principalmente un ámbito privado, en el que los individuos resuelvan sus disputas a través de contratos y acuerdos voluntarios. Por el contrario, una ideología publicista puede considerar que la justicia debe ser principalmente un ámbito público, en el que el Estado tenga un papel especialmente activo en la protección de los derechos de los ciudadanos y a partir de allí en la redistribución de la riqueza.
En segundo lugar, la ideología también puede influir en la manera en que se concibe la relación entre el Estado y los ciudadanos en la administración de justicia (J. Montero). Por ejemplo, una ideología conservadora puede considerar que los jueces deben tener una interpretación restrictiva de la ley y que deben limitar su intervención en la vida privada de los ciudadanos. Por otro lado, una ideología progresista puede considerar que los jueces deben tener una interpretación amplia de la ley (activismo judicial) y que deben ser más activos en la protección de los derechos civiles y políticos.
En tercer lugar, la ideología también puede influir en la manera en que se concibe el proceso de reforma de la justicia. Por ejemplo, una ideología neoliberal puede considerar que la reforma de la justicia debe ser principalmente una cuestión técnica, en la que se busque mejorar la eficiencia y la productividad de los tribunales y la policía. Por el contrario, una ideología más crítica del capitalismo puede considerar que la reforma de la justicia debe ser parte de una estrategia más amplia de transformación social, en la que se busque democratizar el acceso a la justicia (M. Cappelletti) y se luche contra la impunidad y la corrupción.
En fin, un tema claramente debatible y muy discutido. Pero lo dejamos para la reflexión.
En conclusión, las reformas a la justicia no pueden ser reducidas a una cuestión técnica, sino que están íntimamente ligadas a la ideología que prevalece en una sociedad y a las concepciones que se tienen sobre la función del Estado y la justicia en ella. Por lo tanto, cualquier reforma a la justicia debe ser analizada en su contexto ideológico y político, para poder entender sus implicaciones y sus posibles limitaciones.
