Artículo de opinión emitido por el argentino Andrés Harfuch, Vicepresidente Asociación de juicio por jurados de Argentina.
El juicio por jurados en la Argentina comenzó su experiencia en el año 2014. Cada vez que se realiza un juicio, hay 12 jurados, con paridad de género, conducidos por un juez y que en corte abierta escuchan todas las pruebas que llevan el fiscal y el defensor al juicio público.
Esta transparencia, publicidad y oralidad es inédita porque ahora quién decide no es el juez técnico, sino que son los 12 jurados populares. Esto está empezando a cambiar la fisonomía del poder judicial en la Argentina.
Llevamos ocho años de una experiencia muy importante en casi la mitad de las provincias del país que ha generado una nueva vinculación de la ciudadanía con el poder judicial.
Lamentablemente, en la Argentina el poder judicial es percibido con suma desconfianza por parte del pueblo. La gente común no comprende a veces las decisiones que toma la justicia. No entiende por qué absuelven a una persona, no entiende por qué condenan a otra.
En consecuencia, el poder judicial se ve sumido en una deslegitimación que le hace mucho daño a una República y la vuelve débil.
El juicio por jurados, lentamente, está empezando a restañar estas heridas en la justica argentina.
El juicio por Jurados es percibido como un puente directo de comunicación entre el pueblo y el poder judicial. Es una de las formas más antiguas de la Democracia directa ateniense en las Repúblicas modernas del siglo XXI.
La experiencia Argentina con el juicio por jurados está llevando a que el resto de las provincias que todavía no lo tienen empiecen a considerar seriamente su implementación.
No solo eso, sino que la fuerza de los veredictos de los jurados en Argentina ha empezado a llamar seriamente la atención de los países hermanos vecinos como Chile, Uruguay, Paraguay e inclusive Brasil.
No hay otra manera de administrar las enormes tensiones sociales que se dan en mucho juicios o casos resonantes que con la ayuda y participación directa de la ciudadanía en ellos.
Es un hecho incontrastable que las sociedades y repúblicas más avanzadas del mundo jamás prescindirían del aporte y la ayuda de su ciudadanos para poder dirimir los conflictos judiciales más importantes de una sociedad.
Por eso es que el juicio por jurados es desde hace siglos la mejor manera de legitimar decisiones judiciales que tienen una alta incidencia en la vida social.
