Viernes, Julio 26, 2024
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Se detecta en Chile un hongo que afecta a felinos y puede ser transmitido a humanos

Sporothrix brasiliensis es un hongo que hasta hace poco se encontraba presente solo en Brasil. Su llegada a otros países de Sudamérica genera alerta en el continente debido a su rápida diseminación y facilidad de transmisión a seres humanos.

A fines del 2022, la Dra. Pamela Thomson, directora del Laboratorio de Microbiología Clínica y Microbioma (MCM) de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Andrés Bello (UNAB), identificó molecularmente por primera vez en Chile, al hongo Sporothrix brasiliensis en muestras obtenidas desde felinos domésticos en la Región de Magallanes.

Estas muestras provenían directamente de gatos que fueron atendidos en la clínica veterinaria Timaukel, ubicada en Punta Arenas. Se trataba de pacientes con lesiones en la piel de aspecto ulceroso y sanguinolento, localizadas principalmente en su rostro y cuerpo.

Hasta hoy se han confirmado 11 casos (10 gatos y 1 perro), a los que se suman otros 15 sospechosos, a la espera de ser identificados molecularmente como S. brasiliensis.

Este hongo produce esporotricosis, una infección que se caracteriza por afectar la piel, y en algunos casos, especialmente en personas o animales inmunosuprimidos, puede llegar a manifestarse como una enfermedad osteoarticular, conjuntival respiratoria o neurológica

La Dra. Pamela Thomson explica que, en pacientes felinos sin tratamiento, los signos clínicos se van intensificando. “Las lesiones se extienden por todo el cuerpo, pueden destruir el tabique nasal, afectar el sistema respiratorio y los nódulos linfáticos. Los felinos pierden peso en forma acentuada, se decaen, pudiendo incluso morir”. 

En seres humanos, el hongo Sporothrix brasiliensis genera síntomas similares en la piel, manifestándose con mayor gravedad en personas inmunosuprimidas, pudiendo invadir el sistema linfático y afectar los ojos, la nariz e incluso los pulmones

Tanto en personas como en animales, las infecciones producidas por este hongo pueden ser tratadas con medicamentos antimicóticos. La terapia debe extenderse por al menos cuatro meses y en algunos casos puede que no se logre una buena respuesta. De hecho, existen antecedentes de pacientes que se han recuperado y vuelto a enfermar.

S. brasiliensis vive en suelos y materia orgánica y desde allí, puede ingresar a la piel a través de cortes, raspaduras o pinchazos; por lo mismo, en seres humanos son las manos y los brazos las áreas del cuerpo más afectadas.

Los felinos pueden portar grandes cantidades de S. brasiliensis en sus garras, de fácil transmisión a otros gatos, perros y humanos mediante un rasguño. También se ha demostrado que los felinos con lesiones producidas por este hongo pueden transmitirse mediante mordeduras, secreciones nasales, oculares o estornudos. Otras especies de Sporothrix raramente se propagan a través del contacto con animales

“La mayor incidencia de esta enfermedad ocurre en felinos machos no castrados con libre acceso al exterior y, por lo general, su hábito de arañar la vegetación facilita la dispersión del hongo en el ambiente”, explica la Dra. Thomson.

Un problema de salud pública

La directora del laboratorio MCM de la Escuela de Medicina Veterinaria UNAB explica que S. brasiliensis inicialmente se encontraba presente solo en Brasil, pero en el último tiempo se ha diseminado a otros países de Sudamérica como Argentina, Uruguay y recientemente en Chile

A su juicio, a nivel de salud pública la prevención debe partir con la implementación de campañas informativas y la captura de individuos posiblemente infectados. “Estas son técnicas que se deben realizar si se busca atenuar el impacto de este hongo, ya que al detectar casos nuevos podemos comenzar los tratamientos tempranamente o prevenir interacciones no deseadas entre animales sanos y felinos infectados”.

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