Dra. Adriana Doren. Ginecóloga de Andes Salud Talca.
La salud hormonal en la mujer ha sido históricamente un tema poco visibilizado, pese a que influye directamente en múltiples aspectos del bienestar físico, emocional y reproductivo. Desde la pubertad hasta la menopausia, las hormonas regulan procesos fundamentales como el ciclo menstrual, la fertilidad, el estado de ánimo y el metabolismo. Sin embargo, aún hoy muchas mujeres enfrentan desequilibrios hormonales sin un diagnóstico claro, minimizando síntomas que afectan significativamente su calidad de vida.
En mi práctica como ginecóloga, me encuentro frecuentemente con pacientes que han normalizado trastornos menstruales, alteraciones en el ánimo, fatiga crónica o cambios repentinos de peso, sin saber que podrían estar relacionados con patologías hormonales como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), problemas tiroideos o la perimenopausia. Estas condiciones no solo son tratables, sino que, con una detección oportuna, es posible mejorar radicalmente el pronóstico y la calidad de vida.
La clave está en promover una mayor educación en salud hormonal, tanto entre las mujeres como en el entorno clínico. Acompañar a las pacientes con una mirada integral, escuchando sus síntomas y considerando sus ciclos, su historia personal y su contexto emocional, nos permite abordar cada caso de manera personalizada. La salud hormonal no es un lujo, es una necesidad para vivir plenamente.
En Andes Salud Talca, estamos comprometidos con entregar una atención cercana, profesional y centrada en la paciente. Nuestro enfoque busca no solo tratar enfermedades, sino también acompañar procesos de cambio, brindar contención y educar en autocuidado. Hablar de hormonas no debería ser un tabú, sino parte de una conversación abierta sobre bienestar femenino.
Invito a todas las mujeres a escuchar su cuerpo, a consultar ante síntomas persistentes y a buscar acompañamiento médico sin temor ni vergüenza. Cuidar nuestras hormonas es también cuidar nuestra salud física, mental y emocional. Y ese cuidado comienza con información, conciencia y acceso a una atención ginecológica empática y profesional.