Desde agosto, las empresas deben usar prefijos especiales para diferenciar llamadas autorizadas, publicitarias no solicitadas y posibles fraudes telefónicos.
El Gobierno de Chile implementó desde agosto una nueva regulación que obliga a las empresas a usar prefijos telefónicos diferenciados para que los usuarios puedan identificar con mayor claridad el tipo de llamada que reciben. El objetivo es reducir el spam telefónico, la publicidad no autorizada y prevenir fraudes.
El ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz, explicó que esta medida “permitirá a las personas saber si la llamada es legítima, masiva o potencialmente fraudulenta”, entregando más seguridad en las comunicaciones diarias.
La normativa, promulgada el 7 de febrero y publicada el 13 del mismo mes, entregó un plazo de seis meses para su implementación, plazo que finaliza este miércoles 13 de agosto. Los prefijos establecidos son los siguientes:
- 600: para llamadas comerciales solicitadas o autorizadas por el usuario, como aquellas realizadas por bancos, aseguradoras o empresas de telecomunicaciones con las que exista un vínculo contractual.
- 809: para llamadas masivas no solicitadas, automatizadas y de carácter publicitario, sin autorización del receptor.
La autoridad advierte que si una llamada proviene de un número desconocido y no presenta ninguno de estos prefijos, podría tratarse de un intento de estafa. Con esta medida, se busca que las personas puedan distinguir entre ofertas legítimas, publicidad no deseada y comunicaciones riesgosas para su seguridad digital.