Artículo por Arcadio Cerda Urrutia, Doctor en Economía de la Facultad de Economía y Negocios, Universidad de Talca.
La inversión es un factor clave para el desarrollo, el crecimiento económico y la generación de empleo. Invertir en infraestructuras, educación, investigación y desarrollo, y tecnologías avanzadas puede aumentar la capacidad productiva y la competitividad de un país, lo que a su vez impulsa el crecimiento económico y la creación de nuevas fuentes de empleo. Además, un mayor crecimiento conlleva una mayor recaudación del Estado, lo que permite tener más recursos para satisfacer las necesidades sociales.
¿Cómo potenciar la inversión?
La estabilidad social y económica es un factor clave que influye en la decisión de invertir en un país. Ambos aspectos son cruciales para crear un entorno favorable al negocio y atraer inversores nacionales e internacionales, por ello es importante dilucidar lo antes posible, los factores que están complicando lo niveles de inversión en el país, al menos los factores internos, como por ejemplo los cambios constitucionales.
Algunas razones porque la estabilidad social y económica fomenta la inversión: por ejemplo, un ambiente de negocios predecible facilita la planificación y la toma de decisiones a largo plazo por parte de los inversores, además, reduce el riesgo que se derivan de posible expropiación, nacionalización, violencia política o las fluctuaciones económicas extremas, haciendo el país sea más atractivo para los inversores. Además, esto da garantía de una protección legal y derechos de propiedad a las inversionistas.
Lo anterior, en conjunto con política fiscal y monetaria sólida, infraestructura y servicios públicos de calidad, fuerza laboral educada y capacitada son factores cruciales para atraer inversiones tanto a corto como a largo plazo.
¿La relevancia de promover factores procrecimiento?
Esto toma una gran relevancia cuando el Índice Manufacturero de Actividad Económica (IMACEC) interanual, se redujo por segundo mes consecutivo, -0.5 febrero y -2.1 marzo, lo que implica que el mejoramiento de la actividad económica y empleo en el país será más lento de lo esperado, con un crecimiento proyectado entre -0.5 y 0.5, según el Banco Central, lo que se podría considerarse aún una cifra optimista de crecimiento. Lo anterior, además tiene un impacto en el incremento de tasa de desocupación en Chile, que durante el trimestre móvil diciembre de 2022-febrero de 2023 alcanzo un 8.4%, superior en casi un punto respecto al año 2022, con una ocupación informal de 27.3%.
Por ello, los gobiernos deben promover dichos factores, para incrementar el crecimiento económico, aumentar la recaudación, el empleo y responder de mejor forma a las demandas sociales.
