La cantante colombiana culpó a Fenix Entertainment por no seguir las especificaciones técnicas de su equipo, lo que habría impedido garantizar la seguridad del espectáculo.
La suspensión de los conciertos de Shakira en Chile desató una ola de críticas y frustración entre sus seguidores. A minutos de la apertura de puertas en el Estadio Nacional, la productora Fenix Entertainment anunció la cancelación del primer show debido a fallas técnicas.
Horas después, la propia artista rompió el silencio a través de un comunicado en sus redes sociales, donde responsabilizó a la empresa chilena por no cumplir con las condiciones establecidas. “Mi show en Chile debe ser reprogramado por circunstancias ajenas a mí o a mi producción”, expresó.
Shakira detalló que los organizadores locales controlaban su equipo y no respetaron las especificaciones técnicas. En particular, mencionó que el suelo donde se instalaría el escenario estaba desnivelado y sin estabilidad, lo que ponía en riesgo la seguridad de su banda, bailarines y público.
El espectáculo, parte de su gira “Las mujeres ya no lloran”, requería una infraestructura de gran magnitud, con un escenario de 62 toneladas. Sin embargo, las condiciones del recinto no cumplían con los estándares necesarios.
Con evidente molestia, la cantante dejó entrever la posibilidad de que su segundo concierto también corra peligro, hecho que se confirmó a la posteridad y dejó a los fanáticos de la colombiana con ganas de ver a su artista. “Tengo el corazón partido en mil pedazos… pero volveré a Chile muy pronto”, prometió.
